Nació en la ciudad de Panamá, el 26 de febrero de 1877. Fueron sus padres el Señor José Dutary Ayala y la señora Manuela Pérez. Siempre vivió frente al Parque Catedral, en la calle 5ª #34. Realizó sus estudios en el Colegio del Istmo.
Firmaba sus escritos con el seudónimo de “Romeo”. Desde joven tuvo predilección por el teatro. El 29 de diciembre de 1894, actuó en el papel de Antonio en la obra El Octavo no Mentir, de Don Miguel Echegaray; exhibida en el Teatro Panamá a beneficio del Asilo Bolívar.
Vivió los momentos de mayor agitación política, por las continuas guerras civiles colombianas, que repercutían en el suelo patrio. Presenció la sangrienta lucha política de 1899 a 1902, entre liberales y conservadores. Fue partidario del General Carlos Albán, de quien hace una elocuente descripción.
Sus escritos se publicaron en Centro y Sur América, así como en España, dándose a conocer como joven de grandes dotes intelectuales y amante del estudio. La época de mayor producción literaria fue la de sus últimos años de vida.
Colaboró en varios periódicos como La Estrella de Panamá, Mercurio, Diario de Panamá, La Prensa, El Bohemio, La Revista Blanca, y también colaboró asiduamente en El Heraldo del Istmo, de Guillermo Andreve, y en Nuevos Ritos, de Ricardo Miró.
En 1904 obtuvo segunda mención honorifica con su cuento Alienado en un concurso literario auspiciado por la Revista El Heraldo del Istmo, cuyos jurados fueron los señores Ciro L. Urriola, Narciso Garay y Samuel Lewis. Junto con don Cristóbal Martínez publico una obra que lleva por título Gemelos.
Siendo muy joven, ocupó curul de Diputado en una de nuestras Asambleas; allí demostró buenas ideas y fácil verbo.
Fue administrador del Teatro Nacional cuando éste pasó a ser propiedad del Estado en el año 1905, según noticia tomada del diario La República, año II, N° 117, Panamá, septiembre 2 del mismo año.
Motivos de salud lo alejaron de su patria en 1908. Viaja a Costa Rica en compañía de su hermana Diana Dutary. En el vecino país escribió algunos artículos como Certamen de Belleza Centroamericana, donde ensalza la elegancia y el donaire de la triunfadora Doña Ana García de Hine.
El día 7 de enero de 1910 anunciaba el Diario de Panamá que Alejandro partía para Boquete en busca de salud, pero no lo logró, pues preso de aguda enfermedad, cinco meses después murió el joven compatriota a los 33 años de edad. Murió en la ciudad de Panamá, el 11 de junio de 1910.
Escribió Adiós Romanza, obra teatral a la cual puso música el maestro Don Santos Jorge A. y fue cantada por primera vez por Alfredo Alba.
Alejandro Dutary
ROMEO
ENTRE los pocos jóvenes que se dedican al cultivo de las letras en Panamá, figura en primera línea ALEJANDRO DUTARY, orfebre distinguido que modela su prosa siempre llamativa con el gusto aquel de que tan buenos ejemplares dejara el maestro Gautier.
En la atmósfera de pereza y de mercantilismo que nos rodea, ha sido ALEJANDRO uno de los pocos que echando a un lado preocupaciones ridículas y orgullos huecos de hidalguía portuguesa, ha buscado en el trato frecuente con los libros y en las rudas faenas literarias orgullo más legítimo y satisfacción más completa, conquistados uno y otra con energía y contracción en los campos del pensamiento cerrados herméticamente para Los profanos.
Aunque gusta del verso, que en él es fluido y sonoro, escribe con mayor frecuencia en prosa, y |
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creemos que hace bien en esto. El verso ata mucho, la fuerza del consonante, aún en los grandes genios poéticos, obliga a menudo a recortar los pensamientos, a cambiar los adjetivos justos por otros simplemente más sonoros, pero alejados de la idea que se quiere expresar, y no permite esa facilidad encantadora, esos símiles perfectos, esa representación tan completa por medio de palabras hábilmente enlazadas, que constituyen el triunfo de la prosa moderna.
DUTARY no es ya en el campo de las letras un ilustre desconocido. La publicación de sus escritos en Centro y Sur América y aún en España lo han dado a conocer ventajosamente y, siendo joven y amante del estudio, es dado fincar en él legítimas esperanzas, que seguramente no ha de defraudar.
La publicación que hoy hacemos de su retrato, es un homenaje que a las relevantes dotes de nuestro inteligente compañero hace la dirección de esta Revista. |
Guillermo Andreve, en
El Heraldo del Istmo, Nº 25 de 23 de enero de 1905.
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DON ALEJANDRO DUTARY
<ROMEO>
Tiene inspiración fecunda y ambiciones nobles.
Descuella entre los jóvenes que cultivan con éxito brillante el Gay(1) saber.
Es literato correcto y en varios periódicos de esta ciudad y del extranjero se han publicado sus producciones, ora en prosa, ora en verso, en los que lucen su rica imaginación.
Es muy joven; pero marcha por el buen camino de la seriedad y del estudio.
Forma parte de la Redacción de El Heraldo del Istmo, la revista ilustrada que dirige el inteligente escritor don Guillermo Andreve.
Es cuentista y laborioso; y junto con don Cristóbal Martínez ha escrito una obra que lleva por título Gemelas; obra que ya está en prensa y pronto saldrá a la luz.
Iniciado, aunque con gran modestia, en la política, sostiene sus designios con dignidad; pero sin apasionamientos locos.
Siendo muy muy joven, ocupó curul de Diputado en una de nuestras Asambleas; y allí demostró buenas ideas y fácil verbo.
Dutary tiene amor por las bellas letras y, lo volvemos a decir, las cultiva con provecho. Siga adelante el amigo de las musas. Ellas le tienen reservado un laurel en el Parnaso.
Rodolfo Aguilera
En Galería de Hombres públicos del Istmo. Panamá, 1906.
(1) RAE. Del inglés gay; propiamente 'alegre', y este del francés gai 'alegre'.
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