Voy a buscarte donde ti y no estás,
te busco entonces sacudiéndote, besándote con rabia,
te digo cosas, te suelto mis palabras
como perros,
porque quiero una palabra que te muerda, que te ladre,
que te acose y te persiga a mí, una palabra cruel,
una palabra sucia, afilada, terminada en i como colmillo,
una feroz palabra hambrienta que te ha olfateado el alma,
para que te haga huir, venir corriendo a mí,
a esta soledad en donde se te aguarda
y donde tan dulcemente se te quiere, amada.
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