Nació en la ciudad de Panamá, el 10 de mayo de 1884. Con el seudónimo de Flavio, publicó en 1924, un pequeño libro de epigramas donde logra el difícil equilibrio que exige el desempeño cabal del género. En compañía de Tomás A. Maytín, bajo el seudónimo de “Los Hermanos Tintero” escribió, además, obras dramáticas de sentido popular y festivo.
Fue por años, empleado del Municipio; además, empleado nacional, en el Almacén del Gobierno; sastre y miembro de Loyal Order of Moose.
Rodrigo Miró, dice: “Es el único de nuestros poetas dedicado exclusivamente al cultivo del verso epigramático… Quedan de Noli muchos epigramas inéditos”.
Antonio Noli falleció el 30 de agosto de 1943, en la ciudad de Panamá.
Mi querido Flavio:
Tu no debes ignorar que en la ciudad de Bruselas hay un célebre monumento, el más célebre y admirado de cuantos existen en la hermosa capital brabanzona. Es una fuente pública donde el agua que apaga la sed y limpia lo sucio, sale en inagotable chorro menudo por un conducto ---- natural. La fuente en cuestión representa un muchachito en el momento de cumplir cierta función fisiológica.
Comprendes? Mea culpa, exclamaría, santiguándose, alguna de nuestras paisanitas, al contemplar aquella escultura admirable, elogiada unánimemente por los más entendidos críticos. Y calificaría de indecencia la original y vigorosa obra de arte. Sin embargo, para los muy católicos belgas, el "Manneken pis" es un motivo de orgullo nacional, y es lo primero que le muestran al extranjero que llega a sus lares. Ellos dicen, sonriendo, que ese muchachito es el único que de veras ha “puesto su pica en Flandes….”
Si entre nosotros hubiera escultores y a alguno se le ocurriera obsequiar a nuestra ciudad con una fuente como el "Manneken pis", creo que se vería obligado a irse con su muñeco a otra parte. Un grito múltiple se levantaría en su contra, llamándole inmoral y desvergonzado.
Tu librito de epigramas es, a mi juicio, un "Manneken pis" literario. Es una obra llena de gracia, una obra llena de arte, ingenuamente desvergonzada, donde los chorros de tu ingenio salen como el agua de la fuente bruselense en un ademán que la gente pacata querrá, desde luego, anatematizar.
Pero no te inquietes por lo que esas gentes digan. A pesar de que no han faltado protestas en su contra, el "Manneken pis" sigue impasible y sonriente echando su chorrito de agua clara. Sigue tú también.
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Tu afectísimo,
LINO TIPO.
Diciembre de 1922.
Por mucho tiempo nos habíamos quejado de que en esta nuestra República, tan pródiga en talentos, no hubiese de sus intelectuales uno siquiera que se dedicara con fe y entusiasmo al valiente cuanto festivo género de los epigramas. Y esta queja la abrigábamos precisamente porque corriendo nuestra vista por las páginas ilustradas de la historia universal de las literaturas, hallamos el convencimiento de que el epigrama es una de las formas literarias más bellas que, a pesar de su brevedad, presta mejor oportunidad a casi todas las sensaciones y pensamientos. Sátiras, ironías, afectos, críticas, elegías, todo puede caber en la gracia y agudeza de un epigrama. Con razón el célebre Marmontel declaró que el epigrama era por naturaleza "el más corto de los poemas".
Y así vemos la importancia excepcional que el epigrama tuvo en la literatura griega. En Roma el epigrama llegó a su máximo prestigio con Marcial y Cátulo, dos autores de talentos enormes que viven glorificados en la memoria de su pueblo. En Francia se tuvo tanto en moda el epigrama desde el siglo XVI que bastaba hacer un buen epigrama para conquistar reputación y fama, siendo Marot la encarnación de este género en aquel país. Inglaterra cuenta muchos poetas de nombre imperecedero que cultivaron con gusto el epigrama, sobresaliendo el insigne Youn y Pope. Alemania también se honra en tener entre sus poetas epigramáticos a Logan y Lessing, este último considerado como maestro incomparable de la sátira, y en España, el género epigramático ha tenido excelentes cultivadores, desde Baltazar de Alcázar, Quevedo y Moratín en siglos pasados, hasta Campoamor, Benavente y Vital Aza en la literatura contemporánea.
Como se ve, pues, desde tiempos muy remotos hasta nuestros días, el género epigramático tuvo siempre gallardos cultivadores en los países más avanzados del globo.
En Panamá, podemos decir con orgullo que ya tenemos uno: es él, Antonio Noli Batista conocido con el seudónimo de Flavio. En efecto, este poeta de nervio, inteligente, activo, factura con facilidad asombrosa epigramas que con sobrada justicia bien pueden darle sólida reputación. Sólo que la exagerada modestia del distinguido vate, le ha mantenido si se quiere, inédito, hasta ahora que, por reiteradas insinuaciones de amigos que estimamos en lo mucho que vale su obra, se ha dispuesto a dar a la publicidad un tomo de sus mejores composiciones que, indudablemente, hablarán muy alto del talento del autor, y le darán a la vez el prestigio que ellas reclaman.
En los epigramas de Flavio, además del ingenio, donosura y sencillez con que están escritos, se nota, sobre todo, mucha originalidad, comprobando este conjunto de condiciones sus excelentes dotes de poeta satírico, y más que satírico, epigramatario. Flavio ha escrito sus epigramas y composiciones con elevación de pensamiento, procurando conservar, a través de la brevedad, la forma elegante de expresión. En algunas de sus composiciones se muestra intencionado, irónico; en otras, el poeta es mordaz, ocurrente, aleare, y, en casi todas, ingenioso y sincero en la emoción. Oigamos al poeta:
Como en quiebra declarados
lo han sido ciertos banqueros,
ya se encuentran los juzgados
sacándole a esos quebrados
los legitimes enteros.
Nadie podría negar la originalidad y sutileza que este epigrama encierra. Y así es en todos el poeta Flavio. Oigamos este otro:
Veinte pesos! Qué conciencia!
me cobró una tal Florencia
por teñirme un paletó;
Yo le dije: Que pantera!
Y al punto me contestó:
No señor, soy tintorera.
En este epigrama salta a la vista la ironía de la intención, acompañada de la elegancia del estilo. Y Flavio tiene muchos ejemplares de este género, muy buenos por cierto; pero nosotros en este escrito sólo nos ha guiado el deseo de hacer un merecido reconocimiento de los talentos que distinguen al laudable poeta de elevada inspiración. avanzándonos a declarar, con la sinceridad característica que nos distingue siempre, que todas sus composiciones nos han parecido admirables en su clase. Muy lejos de nosotros ha estado la idea de hacer un estudio crítico de la interesante obra de Flavio. Para esa ardua tarea sobran plumas más autorizadas que la nuestra.
"Burbujas de jabón", que es el título que ha escogido Flavio para sus composiciones, es un libro que deben leer todas las personas de buen gusto, que sientan admiración por todo cuanto diga inteligencia, esfuerzo y arte. "Burbujas de Jabón” consta de tres partes: "Burbujas Blancas'", que es la primera parte, trae un soneto titulado "Perfil", que es una composición de corte muy moderno y muy del estilo del célebre poeta colombiano Luis Carlos López. A este puñado de originales composiciones pertenece el. siguiente epigrama lapidario, que no necesita otro elogio que el mismo que lleva en sí:
Los choferes y los jueces
se asimilan muchas veces
haciéndose los incautos,
en sus carreras tremendas,
atropellan con sus autos
las vidas y las haciendas.
Luego viene la segunda parte del libro: "Burbujas Azules", donde el poeta Flavio derrama la sal ática de su singular ingenio, en ligeras composiciones que harían honor a cualquier maestro del arte. Para muestra un botón:
Ronca el pito anunciador
de un incendio que ha estallado
y al momento es sofocado
por ese Cuerpo abnegado
cuya norma es el honor;
pero a entender yo no llego
por qué desde aquél instante
los bomberos – desde luego —
se quedan tiempo bastante
con los vapores del fuego.
Por último viene la tercera parte, "Burbujas Rojas", que es un conjunto de epigramas de doble sentido, escritos con bastante sal y pasmosa agilidad de pensamiento. Para nosotros Flavio resulta maravilloso en “Burbujas Rojas”. Oídlo un momento:
Un libro presté a Espinosa,
y encontrándose él ausente,
me escribe y me hace presente
que se lo pida a su esposa
yo confieso ingenuamente
no atreverme a hacer tal cosa
“Burbujas de Jabón”, tendrá, no lo dudamos, un éxito completo, por los numerosos lectores que procurarán deleitarse con su lectura. Es un libro en cuyas páginas rebosa el arte y la espiritualidad, y las composiciones que en esas páginas aparecen han sido concebidas por su autor sin torcidas intenciones y con ingenua franqueza. Son como su nombre lo indica, burbuja; de jabón, que se desvanecen sin daño alguno para nadie.
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ROBERTO R. ROYO
Panamá, Julio de 1923
Introducción de Burbujas de Jabón, versificaciones epigramáticas, por FLAVIO. Imprenta y Papelería “Excelsior”, Panamá, 1924.
Obras de Antonio Noli Batista |
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Título | Año |
Burbujas de jabón. Versificaciones epigramáticas. Imprenta y Papelería Excelsior, Panamá, 1924. | 1924 |
Pimientos (inédito). | inédito |
Senda Bohemia. En colaboración con Tomás A. Maytín (Inédito). | Inédito |
Entre las poesías de Antonio Noli Batista podemos mencionar las siguientes: |
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Rimas Ingenuas |
Doctrinarios godos |
Cantares panameños |
Inspiración |
Epigrama I |
Epigrama VI |
Epigrama XV |
Epigrama XVII |
Epigrama XVIII |
Epigrama XIX |
Epigrama XXX |
Epigrama XXXII |
Epigrama XXXIX |
Epigrama XLVIII |
Epigrama LVI |
Epigrama LX |
Epigrama LXIII |
Epigrama LXIV |
Epigrama LXXVII |
Epigrama XC |
En el instituto |
Prueba de amor |
La amistad |
Cinematografía |
El mono, el ratón y el gato |
Lógica gramatical |
Madrigal |
El camino |
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