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Hallábase la mar indómita dormida
y nuestra barca próspera, velera
vagaba silenciosa y placentera
por las cerúleas ondas atrevida. |
Yo en tanto que el lumbroso firmamento
hermosa Febe, rápida cruzaba,
la historia de Endimión te recitaba
de Salmos en la gruta, soñoliento. |
Tu, candorosa, de virtudes llena
escuchabas con la gracia cansina.
La niebla en el orto cenicienta
cenicienta en el orto la neblina. |
En mi hombro reclinada la cabeza
y suspirando con melancolía
al escuchar la historia de nobleza,
me mirabas inquieta y te reías. |
La noche estrellada iba pasando
el silencio quebró mi fantasía,
al despertar la bella aurora
en la preciosa barca, murió mi fantasía. |
Del libro: Belisario Porras (Poeta), por Concha Peña.
Panamá, 1956.
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