Nació en la ciudad de Las Tablas, provincia de Los Santos, el 28 de noviembre de 1856. Fueron sus padres: Don Demetrio Porras, prestigioso abogado colombiano que llegó a Panamá atraído por la construcción del ferrocarril interoceánico; y doña Juana Gumersinda Barahona, hermosa dama descendiente de una familia española.
Queda huérfano de madre, cuando tenía muy corta edad y queda al cuidado de la abuela materna, Doña Francisca León viuda de Joaquín Barahona. Su niñez y adolescencia los vive en su ciudad natal, con limitaciones por la estrechez económica de la familia. Para educarle, su abuela, le proporcionó maestros, entre ellos don J. E. Brandao, padrino de Belisario; don Isauro Borrero y don Nemesio Medina, este ultimo descubre el privilegiado espíritu de aquel niño, deseoso de adiestrarse y conocer todas las ramas del pensamiento humano.
Desde muy temprana edad, el que había de ser caudillo de la masa liberal del Istmo, sintió su alma abrasada por la inspiración poética. Contribuyó a ello la espléndida nitidez del paisaje que rodeo su infancia. Los árboles, las montañas, los ríos y todo el paisaje tropical, crearon en Belisario una adoración a la naturaleza exuberante de sus contornos, comunicándole la mágica inspiración, los colores, los perfumes y los arrullos de los valles nacidos a la sombra de las elevadas cimas del Tebujo, del Picacho y del Canajagua.
También a temprana edad, nación en Belisario, su deseo de consagrarse a la causa liberal, de la que no tenía tradición familiar ya que su padre era conservador de doctrinas muy puras y su abuela y sus tíos no militaban en campos doctrinarios. Pero dos ilustres istmeños fueron los inspiradores de sus sueños: El Dr. Gil Colunje y el General Buenaventura Correoso, a quienes tuvo la oportunidad de conocer cuando todavía era muy niño, y ellos inspiraron el culto a la causa liberal.
Al cumplir los 14 años, el padre reclamó a Belisario para encauzarle por las vías del Derecho y las ciencias Sociales. Debido a esto se traslada, acompañado de uno de sus tíos, a la ciudad de Panamá para que don Juan Mendoza, ilustre hombre público y Diputado al Congreso colombiano, lo llevara a Bogotá. Don Demetrio Porras, recibió con ilusión y cariño a su hijo Belisario y en el mes de febrero de 1872, lo internó en el Colegio de San Bartolomé.
Culminado su bachiller, ingresó para seguir la carrera de abogado en la Universidad Nacional, donde hizo entrañable amistad con Carlos A. Mendoza y Francisco Mata. Entre sus profesores se encontraban el Dr. Gil Colunje y Diógenes Arrieta, pasante de letras, gran idealista y poeta. En las clases de este catedrático, Belisario Porras inició su dirección poética. Un día, el maestro les habló de Bécquer y les recitó algunos versos del vate español; después invitó a los alumnos a que inspirados en el gran lirico compusieran alguna poesía. Así nace su primer verso titulado AVE MARINA.
Aquella clase, fue para Belisario una dulce experiencia. Se sentía feliz y muy a gusto, porque muy pronto adquirió amistades y con ellas acudía a reuniones intelectuales que se efectuaban en casas particulares y en el atrio de la Catedral, ateneo pintoresco que era cátedra de oratoria. Los temas que se discutían eran variados: medicina, derecho, sociología, historia y sobre todo literatura.
La persona que regia aquel movimiento de avances literarios era Antonio José Restrepo. A él le toco leer las primeras producciones poéticas de Belisario. Los versos que producía para entonces estaban dedicados a cierta beldad de la que se había enamorado perdidamente, pero la ingrata desdeñó su cariño.
Estudiante aún, estalló la guerra civil en Colombia, originada por la rivalidad entre liberales y conservadores. En esta contienda tomó parte Belisario como miembro del batallón alcanfor que había triunfado en la línea, era según sus palabras “como la glorificación de las frentes juveniles en los momentos culminantes de la vida”. Pero su padre, consigue con la ayuda de sus amigos, darle de baja en el cuartel de San Agustín, donde Belisario servía como soldado, para enviarle a su patria y sacarlo de la contienda.
Contrariado en su sentir, respetó la voluntad de su padre y cuando iba de regreso al Istmo compuso el poema El Desengaño, publicado algún tiempo después en el Papel Periódico Ilustrado de Bogotá. Al coronel Serrano, custodia del río Magdalena, fue encomendado la guarda del soldado estudiante. El vapor donde viajaba Belisario, era un correo de encomiendas y fue atacado durante el trayecto y Belisario ayudó a defenderlo con valentía. El Coronel Serrano en su parte de guerra dirigido a Bogotá daba el nombre del arrojado estudiante.
Cuando arriba a las playas de su tierra natal, el gozo anidó en su pecho y compone entonces un canto a la libertad titulado Avanzada, publicado años después en El Republicano de Bogotá, poema al que no hemos podido tener acceso.
Después de pasar unos días al lado de su amantísima abuela regresó a la ciudad de Panamá donde a fines del año 1876 fue nombrado Secretario del Juzgado en lo Civil donde permaneció hasta principios de 1877 en que fue designado Editor Oficial.
En 1879 es nombrado Director de la Biblioteca Popular, formada por la donación de libros que había hecho un patricio ilustre, el señor Lozada, Biblioteca a la que nadie acudía para leer. Para despertar el amor al libro, comenzó a publicar artículos en la prensa invitando a concurrir a aquel Centro de ilustración, pintando con vivos colores lo que significaba la Biblioteca, ya que la lectura, según decía con admirable acierto “es el pan del espíritu, que los pueblos conscientes de su verdadero destino no deben descuidar nunca”. En los ratos de ocio forzoso que pasaba en la Institución que dirigía, compuso algunos poemas, entre ellos Favio.
Terminada la guerra y la República en calma, fue llamado por su padre para terminar su carrera, logrando el título de Doctor en Derecho y Ciencias Políticas el 7 de mayo de 1881. Al terminar su carrera, paso a vivir a la casa de su padre, en cuya sociedad logro importancia y popularidad hasta el punto que las más bellas damitas de Bogotá al conocer algunas de sus poesías le rogaban estampase en diarios o álbum de recuerdos, algunos versos. De esta época son A Josefina Reyes, A Paulina Samper y La Adultera; aparecieron también publicados en Bogotá otros versos que había escrito en 1879 y 1880, el primero titulado Sin un amigo y posteriormente Placer y Dolor.
El 15 de abril de 1882, sale publicado en el Papel Periódico Ilustrado, el poema titulado El Nuevo Rosal.
En diciembre de 1882 llaga al puerto de Saint Nazaire camino a Bélgica, ya que había sido designado por el presidente de la República, el Dr. Zaldúa, como Cónsul de Colombia en Bruselas.
En 1883, al regresar al Istmo, comienza a desenvolverse en el campo de la política, donde logra un éxito rotundo y sale electo Diputado para la Asamblea Legislativa del Estado por la Provincia de Los Santos, realizando un lúcido papel en la cámara.
En 1884, es aceptado como Abogado de la Compañía del Canal de Panamá. Como su despacho jurídico iba creciendo en asuntos importantes, se asoció en 1885, con don Francisco Filós. Porras atendía con predilección los asuntos populares que no daban dinero, pero que le producían satisfacción al estudiarlos. Se le llamó “el abogado de la pobres”.
En 1886 fue designado como Suplente de Magistrado y luego Magistrado en propiedad. Lo encontramos, en 1887, como profesor del Colegio La Esperanza, en Panamá. Y en 1889 como Adjunto a la Legación de Colombia en Italia.
Poco tiempo permaneció en Italia y regresa al Istmo al saber que el Tribunal Civil del Senado, declara en quiebra la Compañía del Canal. Para esta época, aceptó el nombramiento que le hizo el Gobierno para dictar clases de Instrucción Cívica en la Escuela Normal de Varones, cargo que ejerce desde 1890 a 1891. También en 1890, es elegido Presidente de la Sociedad Progreso del Istmo.
Pese a que la política tenía en casi todo el Istmo un sentido conservador, que era el que regulaba el Gobierno, él salió en 1895 elegido Diputado a la Asamblea Departamental por la Provincia de Chiriquí, teniendo, por sus muchos trabajos que dejar de editar Los Anales Judiciales que con don Francisco Filós publicaban desde 1893.
En 1896, por motivos políticos y personales, marchó a Centro América, pero antes vio publicado algunos de sus poemas que estaban en poder de Sofanor Moré, uno de los cuales estaba dedicado a don Gaspar Arosemena y se publicó con el titulo A la Naturaleza.
Con dos de sus hijos, Belisario y Demetrio, partió para la República de El Salvador, donde muy pronto fueron reconocidos sus meritos, nombrándolo Miembro de la Comisión de Unificación de la Legislación del Salvador y Honduras. En los periódicos de aquellas Repúblicas publicó algunas poesías, una de ellas titulada Al Escuchar tu Historia.
En 1898, fue nombrado Profesor de Derecho Internacional y Diplomático en la Universidad Libre de El Salvador. También dio clases de la misma materia jurídica en la Facultad de Derecho de la Universidad de Managua. Escribió durante aquellos años que paso en Centro América, dos obras colosales, una de Geografía y otra de Derecho que fue libro de consulta y Texto Oficial por muchos años. Se dice que a sus clases no solo acudían los estudiantes regulares sino también gente de toga y ciudadanos ilustres para escuchar las platicas que eran conferencias magistrales de aquel panameño que tanto se hizo querer por la ciudadanía.
El 17 de octubre de 1899, estalla en Colombia La Guerra de los Mil Días. El Dr. Porras movido por su ardiente amor a la patria y siendo un liberal de fundamento, recorrió varios países de América, solicitando ayuda para iniciar la guerra en el Istmo; logrando el apoyo de Nicaragua, Ecuador y Venezuela. El 31 de marzo de 1900, acompañado el Dr. Porras en su mayoría por nicaragüenses reclutados, entra en Burica proclamándose Jefe Civil y Militar del Istmo por medio de un Manifiesto que explicaba detalladamente sus intensiones patrióticas.
Para esta época, nos dice Concha Peña en su obra: “Los poemas que brotaron entonces de su alma no tenían las dulces frases de endechas o madrigales, los trazaba con su sereno juicio para lograr la libertad del Istmo oprimido por la oscura ambición de Colombia en Panamá, los trazaría con la espada y con las armas, arrancando frases encendidas de su corazón para llevar a sus soldados a las sagradas cumbres del heroísmo, a las mansiones de la inmortalidad. En cada una de las arenga que pronunciaba latía un canto glorioso a sus vírgenes amadas que eran LA DEMOCRACIA, LA INDEPENDENCIA y LA LIBERTAD.”
Al inicio de la campaña se lograron éxitos notables, tomaron Chiriquí, invadieron las provincias de Veraguas y Coclé, y en esta última provincia cuentan con el apoyo del General Victoriano Lorenzo; pero todo termina con la capitulación de los revolucionarios, el 26 de julio después de los cruentos combates en Calidonia. La guerra termina el 21 de noviembre de 1902 con el tratado de Wisconsin. Los hechos vividos por el Dr. Porras en esta cruenta guerra, los encontramos en su obra MEMORIAS DE LAS CAMPAÑAS DEL ISTMO 1900.
Después de la guerra, el Dr. Porras se dirige a El Salvador, donde es nombrado Profesor de Ciencia Administrativa y Filosofía del Derecho.
En los primeros meses de 1903, el Dr. Porras se manifiesta, en los periódicos de Bogotá, contra el tratado Herrán Hay y contra del crimen cometido al fusilar al General Victoriano Lorenzo, hecho ocurrido el 15 de mayo de aquel año.
Dada la independencia de Panamá, el 3 de noviembre de 1903, el Dr. Porras manifiesta su contrariedad por este hecho; pero Carlos A. Mendoza, el Dr. Ciro L. Urriola, Andreve y don Juan B. Sosa le convencen para que se traslade a Panamá, ya que los liberales lo habían elegido Diputado para la Convención Nacional Constituyente por la Provincia de Los Santos.
Regresa al Istmo en 1904 y es elegido para formar parte del Consejo Municipal de Panamá y posteriormente llega a ser Presidente de dicho Consejo. Para esta época es su poema Vidas Divergentes, que escribe debido a la muerte de su primera esposa.
El 15 de noviembre de 1905, la Corte Suprema de Justicia, lo despoja de la ciudadanía de panameño, pero un año después, la Asamblea Nacional le devuelve sus derechos ciudadanos.
En 1907, es nombrado Delegado Representante de Panamá a la Segunda Conferencia de la Paz en la Haya. En 1908, Ministro Residente en el Brasil y Delegado a la Junta de Jurisconsultos de Río de Janeiro. En 1909, Ministro Residente y Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en San José Costa Rica. En 1910 fue Delegado al Cuarto Congreso Latino Americano reunido en San José, Costa Rica y Delegado al Cuarto Congreso Panamericano reunido en Buenos Aires, Argentina.
En 1911, Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Panamá en los Estados Unidos de Norteamérica y Encargado de la defensa territorial de la República de Panamá en el proceso arbitral de límites con Costa Rica. Este mismo año contrae matrimonio con la distinguida Srta. Alicia Castro.
El partido liberal, movido por la decisión del Dr. Carlos A. Mendoza, lanzó la candidatura del Dr. Porras para ocupar la Presidencia de la República, campaña que lo llevó a convertirse en el tercer Presidente Constitucional de la República, del periodo 1912 a 1916.
De 1916 a 1918, durante el gobierno del DR. Ramón M. Valdés, el Dr. Porras fue nombrado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Panamá en los Estados Unidos de Norteamérica y en la República de Cuba, asistiendo en La Habana al Segundo Congreso Jurídico, celebrado en 1917, en calidad oficial. En 1918, Mientras realizaba su labor, salió electo Diputado a la Asamblea Nacional por la Provincia de Bocas del Toro, a la cual no puede asistir por encontrarse ausente de la patria.
La muerte repentina del Presidente Dr. Ramón M. Valdés acaecida el 3 de junio de 1918, lleva a la presidencia al Dr. Ciro Urriola, Primer Designado, elegido para el bienio 1916-1918; vencido su periodo, la Asamblea nombra para el segundo bienio 1918-1920, al Dr. Belisario Porras que tomó posesión de su alto cargo el 12 de octubre. Para esta época es su poema La Cruz, escrito cuando con varios amigos y copartidarios recorría la Isla de Coiba para iniciar la construcción del Penal del mismo nombre.
El 20 de enero de 1920, renunció a su cargo de Jefe de Estado, para aceptar la candidatura a la Presidencia que le ofrecían sus copartidarios, y al celebrarse las elecciones obtuvo el triunfo, convirtiéndose en el quinto Presidente Constitucional de la República, para el periodo 1920-1924, tomando posesión del cargo el 1º de octubre de 1920.
El 26 de noviembre de 1922, aparece publicado en La Estrella de Panamá, un madrigal dedicado a la esposa de un escritor y periodista, madrigal titulado En El álbum de Doña Elvira R. de Vernacci.
En 1924, al dejar el solio presidencial, es nombrado por su sucesor don Rodolfo Chiari, Embajador Extraordinario en Misión especial en el Primer Centenario de la Batalla de Ayacucho, y más tarde Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en el Perú. Luego en 1925, fue nombrado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en Gran Bretaña y Francia.
En 1931, es nombrado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en Italia. Posteriormente en 1932, se le nombra Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en Gran Bretaña y Francia; ese mismo año fue Delegado a la Asamblea General del Instituto Internacional de Agricultura, en Roma.
En 1933, es designado Representante de Panamá en el Consejo de la Liga de Naciones. Nombrado Delegado de Panamá a la XIV, XV y XIX Asamblea de la Sociedad de Naciones, celebrada en los años 1934, 1935 y 1938 respectivamente.
En 1940 ejerce su último puesto oficial, como Embajador Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en Misión Especial en la transmisión de mando del Presidente de la República de Costa Rica.
La obra colosal realizada por el Dr. Porras es tan inmensa que su reseña constituiría un voluminoso libro. Algunas de las obras públicas, bajo sus diez años de mandato Presidencial distribuido en tres períodos, más importantes fueron:
- Acueductos en el interior de la República
- Almacenes de Depósitos en las ciudades de Panamá y Colón.
- Asilo de la Infancia
- Archivos Nacionales
- Carreteras nacionales
- Cárcel Modelo
- Censo Nacional
- Codificación Nacional
- Colonia Penal de Coiba
- Colonización de San Blas
- Edificios de Correos y Telégrafos
- Edificios de Cruz Roja Nacional
- Edificios de Cuarteles de Bomberos
- Edificio de Depósitos de inflamables
- Creación de la Escuela Profesional
- Edificio de la Escuela Experimental de Agricultura
- Creación de la Escuela de Derecho, Farmacia, Comercio, y Agrimensura
- Edificio de la Escuela Normal de Institutoras
- Creación de la Escuela de Sordo-Mudos
- Edificios de Escuelas públicas en el Interior de la República
- Exposición Nacional de Panamá
- Ferrocarril Nacional de Chiriquí
- Fiscalización Municipal
- Fundación de Nueva Gorgona, Paja, San Francisco de la Caleta y Juan Díaz
- Hospital Santo Tomás
- Primeros Programas de Instrucción Pública
- Lotería Nacional de Beneficencia
- Muelles en el Interior de la República
- Reformas importantes al Palacio Presidencial
- Pavimentación de las calles de la ciudad de Panamá
- Plazas de Balboa, Cervantes y Francia
- Pozos artesianos en todo el Interior
- Puentes en el interior de la República
- Creación del Registro Civil
- Creación del Registro de la Propiedad
- Reorganización de las Finanzas Nacionales, etc.
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El Dr. Porras, fue Periodista y Escritor. Fundó periódicos y escribió libros y folletos que pasan de 60. Los pueblos de Europa y América le otorgaron Diplomas; Condecoraciones que llegan a 21; Placas de oro y bronce; Medallas de oro, plata y bronce que ascienden a 53.
Perteneció con honores a 26 Instituciones Oficiales, ya americanas ya europeas. Entre las que destacan: Academia de Ciencias Políticas de Washington, D. C. Academia Hispano-Americana de Ciencias y Artes de Cádiz, España. Academia Americana de Historia, de Buenos Aires. Academia Española de la Lengua, Madrid. Academia Panameña de la Lengua, Panamá. Asociación de Periodista de Panamá. Sociedad Científica Literaria de Verona, Italia; entre otras.
Murió la noche del 28 de agosto de 1942, en el Hospital Panamá, a la edad de 85 años.
El 20 de junio de 1948, en una ceremonia sencilla, pero imponente, fue inaugurada la estatua que la comunidad y el Gobierno Nacional erigieron en la Plaza de Cervantes en homenaje a la memoria del Dr. Belisario Porras, uno de los políticos y estadistas más ilustres y destacados que ha tenido la República.
Poesías dedicadas al Dr. Porras
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Adiós!
En la muerte del gran caudillo liberal,
Dr. Belisario Porras.
Dolor supremo entristecida llora
la Patria, por tu muerte, que contrista,
paladín del Honor, gran Estadista
que múltiples virtudes atesora.
El gran Partido Liberal deplora
tu ausencia, porque tu alma de amatista,
firme siempre mantuvo su conquista
sin claudicar, ni en la postrera hora.
La noche en que te alejas es tan triste
que casi que parece que naufraga
el gran Partido a quien tu amor le diste;
y este pueblo que tanto te quisiera,
al ver que tu alma como un sol se apaga,
te dice ¡adiós! y agita tu Bandera. . .!
Elías Alain.
Panamá, Agosto 29 de 1942.
Publicado en: La Estrella de Panamá, domingo,
30 de agosto de 1942.
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Soneto
Ante el monumento al Dr. Porras.
Se disipó la duda. Por fin llegó el momento
en que hoy te hace justicia la amada patria mía,
de erigirte este bello, glorioso monumento,
que sintetiza un gesto de eterna simpatía.
De júbilo vibraron, el sol, el mar, el viento,
al ver que el pueblo entero sincero te rendía,
un homenaje póstumo por tu merecimiento,
de notable estadista y orador de valía.
Enhiesta en su sitial de sólida estructura,
airosa se levanta tu varonil figura,
cual símbolo glorioso que aureola tu pasado;
Y como fiel tributo sagrado a tu memoria,
en página brillante consignará la historia:
que fuiste un mandatario, perínclito y honrado.
ERNESTO DAVIS.
Panamá, 20 de Junio de 1948.
Publicado en: Revista Lotería, Nº 87 – Agosto de 1948.
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Reseñas
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EN LA MUERTE DEL GRAN CAUDILLO
En la noche del 28 de Agosto último expiró en esta Capital, una de las figuras más destacadas y discutidas de nuestro país, el Doctor Belisario Porras.
Jurisconsulto de nota, orador cautivante, hábil político y defensor infatigable y fervoroso de la doctrina liberal, de la que hizo su flamante bandera de combate, el Doctor Porras ocupó por más de medio siglo la atención de sus coterráneos, habiendo sobresalido donosamente en el desarrollo de las diversas aptitudes con que lo había favorecido el Destino, ora como patriota de subidos quilates, ya como ardiente propulsor de su ideología, o bien como gestor conspicuo del progreso nacional.
Pocas vidas tan agitadas en el cálido palenque de nuestras luchas cívicas y tan fecundas en impulsos creadores, como la de este varón ilustre cuya muerte lamentan sinceramente las nuevas décimas partes de nuestra ciudadanía, homenaje póstumo que tiene clara explicación y que lleva el sello esplendoroso de la justicia.
Ardua y ponderosa tarea tendrá que realizar quien se proponga llevar a cabo un estudio sereno y completo de la vida de este insigne caudillo, sin paralelo dentro de nuestro medio, y cuya memoria resistirá airosamente los embates del tiempo y del olvido. El Doctor Belisario Porras dirigió la nave de nuestra nación por casi dos lustros, periodo más que sobrado para que otros muchos mediante combinaciones censurables, se hubiesen convertido en poderosos magnates de la economía individual. Y es que él no buscó para sí otra riqueza, ni tuvo más visible preocupación que la de su prominencia autoritaria como jefe político de incomparable prestigio. En este peligroso y movedizo terreno de las auras populares, ni admitía rivales, ni, mucho menos, toleraba superaciones. Cortejador afortunado de la democracia, más que demócrata autentico, de los de oro de pura ley; dueño absoluto de las simpatías de las masas; y con un conocimiento profundo de nuestra sicología como pueblo inconsistente y frívolo, le fue fácil el logro de ruidosos triunfos y escalar en tres ocasiones las gradas del Palacio de la Marina, de las cuales descendió siempre, si no como aquel generoso y pulcro patricio que se llamó en vida Pablo Arosemena, que al bajarlas iba más pobre que al subirlas, -si en forma digna y caballerosa, ciñendo el manto majestuoso de la honorabilidad.
Como hombre apasionado que fue, incurrió en errores y algunas veces en injusticias, pero el conjunto de los unos y de las otras no forman nube capaz de obscurecer el sol de sus merecimientos, grande y luminoso.
Puede decirse, sin el más leve riesgo de caer en inexactitud, que en la noche del 28 de Agosto de 1942 dejó de palpitar para la patria panameña un gran corazón.
J. G. B.
Publicado en: Revista Lotería, Nº 15 de Agosto de 1942.
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Portada de Belisario Porras (Poeta). Publicado en 1956.
DEDICATORIA:
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A Doña Alicia Castro Viuda de Porras, la ilustre compañera del glorioso caudillo del liberalismo.
Concha Peña
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A MANERA DE INFORMACIÓN
Como homenaje a la memoria del Dr. Belisario Porras, ilustre estadista y eximio líder de la doctrina liberal en el Istmo, señalado por ley de honores como Presidente del Cincuentenario de la República, quiero al celebrarse el 28 de Noviembre de este año de 1956, el Centenario de su nacimiento recordar algunas de las grandes cualidades de que estaba formado su espíritu.
Fue pedagogo, estadista, hombre de leyes, amante del derecho, generador de la justicia, impulsor de multitudes, caudillo, guerrero, ídolo de su pueblo, mártir, creador de obras eternas e imperecederas, pionero de actividades que significan bienestar y progreso, apóstol de la democracia, romero incansable de las doctrinas liberales y sobre todas estas cualidades está su condición de poeta.
En toda su vasta y extensa obra, hay poesía. La podemos hallar en sus oraciones cívicas a la Patria, vertidas en todas sus alocuciones, en sus arengas en sus discursos, en sus lecciones de gran repúblico, en sus cartas, en sus comunicaciones, porque en todos los actos señeros de su vida, hay remansos ardorosos de fortaleza lírica.
Los versos que escribió, regados por periódicos y revistas de Panamá, Colombia, Nicaragua y El Salvador, no se han recogido todavía para formar su antología, lo que es preciso hacer. Solo el llorado conductor de la juventud istmeña, el Dr. Octavio Méndez Pereira anotó algunos de sus poemas, al reseñar en el Parnaso Panameño, obra de encendida alcurnia espiritual que ha servido para señalar a los hombres y mujeres que con su pensamiento creador y lírico, abrieron las rutas luminosas de la poesía en el Istmo.
En este pequeño folleto, que dedico a la colosal obra del Dr. Porras hallaréis algunas de las poesías que labró sin intención de buscar en ellas fama o gloria; porque fueron solamente expansiones de su alma amante de la belleza.
Panamá, 28 de Nov. de 1956
Concha Peña, en la introducción de su obra, BELISARIO PORRAS (POETA).
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Iconografía |
Iconografía editada en 1942, por Juan Antonio Susto y ampliada en 1976, por Jorge Conte Porras. El material aquí publicado aparece en la Revista Lotería Nº 240-241 de febrero, marzo de 1976. |
Dr. Demetrio Porras.
(1819-1888)
Padre del Dr. Belisario Porras. |
Juana Gumersinda Barahona.
Madre del Dr. Belisario Porras. |
Caserío de Tablas Abajo (Distrito de Las Tablas)
Casa de campo del Dr. Belisario Porras. |
Belisario Porras
(1881)
25 años de edad
Cónsul de Colombia en Bruselas. |
Belisario Porras
(1889)
33 años de edad
Adjunto a la Legación de Colombia en Italia. |
Belisario Porras
(1900)
44 años de edad
Jefe Civil y Militar en la Guerra Civil de Los Mil Días. |
Belisario Porras
(1900)
44 años de edad
En La Guerra Civil de los Mil Días. (en San José de Costa Rica) |
Belisario Porras
(1904)
48 años de edad
Miembro del Consejo Municipal del Distrito de Panamá.
Miembro de La Convención Nacional Constituyente por Bocas del Toro. (Elegido en ausencia, no tomó posesión del cargo). |
Belisario Porras
(1907)
51 años de edad
Delegado de Panamá a la Conferencia de Paz en La Haya. |
Belisario Porras
(1908-1909)
52 años de edad
Ministro residente en el Brasil y Delegado a La Junta de Jurisconsultos de Rio de Janeiro. |
Belisario Porras
(1909-1910)
53 años de edad
Ministro residente en San José de Costa Rica. |
Belisario Porras
(1910)
54 años de edad. |
Belisario Porras
(1911)
55 años de edad. |
Belisario Porras
(1912)
56 años de edad.
Presidente de La República elegido para el Periodo 1912 a 1916. |
Belisario Porras
(1914)
58 años de edad. |
Belisario Porras
(1916)
60 años de edad.
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Belisario Porras
(1918)
62 años de edad.
Enviado extraordinario y Ministro Plenipotenciario en Los Estados Unidos y Cuba.
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Belisario Porras
(1919)
63 años de edad.
Presidente de la República.
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Belisario Porras
(1920)
64 años de edad.
Presidente de la República elegido para el periodo 1920-1924.
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Belisario Porras
(1921)
65 años de edad.
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Belisario Porras
(1922)
66 años de edad.
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Belisario Porras
(1923)
67 años de edad.
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Belisario Porras
(1927)
71 años de edad.
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Belisario Porras
(1932)
76 años de edad.
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Belisario Porras
(1933)
77 años de edad.
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Belisario Porras
(1933)
77 años de edad.
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Belisario Porras
(1934)
78 años de edad.
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Belisario Porras
(1934)
78 años de edad.
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Belisario Porras
(1934)
78 años de edad.
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Belisario Porras
(1935)
79 años de edad.
La misma foto utilizada para su cédula de identidad personal.
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Belisario Porras
(1936)
80 años de edad.
Frente a la Plaza de Francia.
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Belisario Porras
(1938)
82 años de edad.
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Belisario Porras
(1940)
84 años de edad.
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Belisario Porras
(1941)
85 años de edad.
Embajador Extraordinario de Panamá en Costa Rica.
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Anécdotas |
La Reserva Indígena de Coclé |
BELISARIO PORRAS AL ENCUENTRO DE CANDELARIO OVALLE EN LA SIERRA
“El 16 de mayo de 1913, como un caso insólito, rompiendo todas las tradiciones protocolares, Belisario Porras, Presidente de la República, se encaminó a la sierra coclesana, para poner en las manos del Maestro Candelario Ovalle (Combatiente de la Guerra Civil de los Mil Días, y Asistente de Victoriano Lorenzo) el Decreto Original que creaba la RESERVA INDIGENA DE COCLE, para proteger a los indígenas indigentes de los Latifundistas”.
(Camilo A. Porras. Retazos de Mi Vida Tomo I, Pág. 56, Impresora Panamá, 1975).
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Sobre la Lotería Nacional de Beneficencia |
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OFICINAS DE LA LOTERIA NACIONAL DE BENEFICENCIA 1900 - 1938
Belisario Porras, fundador de la Lotería Nacional de Beneficencia de Panamá (Ley 25 de 1914)
“Dícese que Porras estaba reunido en Consejo de Gabinete en la Casa Presidencial. En medio de la reunión se le avisó que el Ministro Americano Williams Jenning Price, se había presentado intempestivamente a Palacio para conferenciar urgentemente con Porras.
Era la época en que Porras estaba interesado en que la Lotería pasara a manos del Estado.
Price pronto pasó al tema que lo llevaba a Palacio, diciéndole:
Que tuviera cuidado en no lastimar los intereses de los norteamericanos en el caso de la Lotería y al mismo tiempo advertía a Porras que el Gobierno americano no miraba con muy buenos ojos su actuación en el caso y que se diera cuenta de que esa medida no le convenía a su gobierno en ninguna forma.
Porras poniéndose rojo de cólera se levantó y tomando la chistera y el bastón del Embajador, entregándoseles le dijo:
Señor Embajador Price, El Presidente de la República, es el Dr. Belisario Porras”. |
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