Tu voz semeja el delicado arrullo de una tierna paloma enamorada. Tu espíritu selecto, es el capullo de una temprana rosa perfumada.
Llevas en tus pupilas luminosas en la dulce expresión de tu mirada el suave resplandor de la alborada en las tibias mañana rumorosas.
Y para que nada falte a tu belleza sobre tus puras sienes, Berta Alicia, cual corona de triunfos te acaricia tu saber, tu bondad, tu pureza.
Del libro: Nieblas del Alma.