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Especial para Nuevos Ritos
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Cual las negras pupilas de tus ojos
que luz difunden como dos luceros;
como tu negra y blanca cabellera
que con ternura juega con el viento;
como del negro Otelo la silueta,
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Vida mía, tienes el cuerpo.
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Blanca como los copos de la nieve
que se congela en las regiones árticas;
como el capullo de una blanca rosa
que sus pétalos abre en la mañana;
y pura como el alma de Julieta,
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Negra mía, tienes el alma.
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Como alas de una golondrina,
como lira de lustroso ébano,
como estatua de Venus Citerea
que Fidias cincelara en mármol negro;
como plumaje de una negra garza,
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Alma mía, tienes el cuerpo
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Y blanca como el disco de la noche
de luz tibia, suave y argentada;
pura como una gota de rocío
entre la madre-perla coagulada
y santa cual la hostia en la patena,
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Alma mía,
Vida mía,
Negra mía,
tienes el alma.
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Domingo 6 de agosto de 1910
Publicado en:
Nuevos Ritos, Nº77 y 78 de 1 de diciembre de 1910.
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