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Del rosal de tus amores
broté yo como un botón:
capullito de tu entraña,
seda y luz de tu ilusión…!
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Me nutriste con tu savia
_¡sacratísimo licor!_
me abrigaste contra el frío,
mitigaste mi calor,
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me adormiste con arrullos
de tu beso y tu canción,
tu regazo fue mi cuna
y tu seno mi almohadón;
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me has mostrado los caminos
del Deber y de Honor;
me enseñaste a ver el mundo
y tu amor me eleva a Dios…!
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Tu ternura, tu cuidado,
tu consejo y tu lección
cual semillas celestiales
recogió mi corazón
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y a ti vuelven en corolas
de cariño y comprensión:
¡cada beso es una rosa
y un clavel esta canción…!
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Del libro: Parnaso Infantil
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