Señor de Los Andes
tu frente
gira en el cielo vívido
de nuestra América.
Bolívar
La sangre del tiempo
el himnario de los caminos
manantial de los sueños
acrisolado sino
de estatuas y derroteros.
Simón
del pueblo
Simón de nuestra raza
de los revolucionarios
Simón de los olivos
de las sabanas y las cordilleras
Simón de las tinajas y los cortejos
-Antimperialista Simón-.
Viento sideral del ostracismo
imperecedera aurora de los siglos.
Libertador...
levanta -una vez más‑
esta bandera
y clava tu espada
en esta orilla
-venturoso anidar del universo-
donde serán molinos los sepulcros.
Bolívar
renace tú en cada hombre
en cada historia
en cada semilla de América.
Cabalgadura astral de tu estirpe
en que cabalgaron ejércitos
y fueron tus manos antorchas
y tu frente fue el camino.
Cóndor que cantaste
el himno de los panes que nos negaron
¡Oh Libertad!
¿qué fue de la luz y las palomas
el hilo de sangre encendido
el apostolado de los relojes
los laureles multiplicados?
¿Por qué tanta mierda Libertador?
Comandante de las praderas
tu continente refulgente
el mito de las cloacas
-nuestros indios‑
oscuros senderos de las espigas
transmutaciones
de las edades perdidas
sublimes esperas de los endemoniados
Dioses maldiciendo
NOSOTROS arando en el mar
cosechando en el viento
Libertador.
Señor infinito
de la América mutilada
de los torturados confines
de la deuda externa
las transnacionales
América de explotación ¡Libertador!
América de las plegarias
de la miseria de la muerte
Libertad de las ataduras
del dolor del miedo
Libertad de la mendicidad
América de las esperanzas
de los suelos estériles
de las lágrimas
de las soledades.
América de las redenciones
América por liberar
SIMÓN BOLÍVAR
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