Participar
Símbolos PatriosTRAGOLARGO,
por Enrique Chuez
Tragolargo dijo que el Flaco es un hijo de perra, me arrebató la botella de guaro y la derramó en el suelo a pesar de la lucha que inventé para impedirlo.
…..En la tarde, porque no le di de mi chata de seco, Choflo se emputó conmigo quitándome el habla, no me hables más. Se arrecochinó donde siempre, allí, en la mesa del rincón de la cantina Radio, al lado del aparato de música. El Chino, que estaba de turno dentro de la barra, le dijo que le comprara una comida y le pagó el mandado con un trago de seco. Al rato, con olvidados sueños vigentes, puso la cabeza sobre el brazo apoyado en la mesa.....
Kid Dinamita, en la memoria cabal y presente de sus buenos tiempos en el ring, le dijo a Tragolargo que si el Flaco me hace eso a mí, le trabo dos jabs de izquierda y lo mando a la lona de la calle.
…..Al anochecer, le regalaron media botella de seco a Choflo, a cambio de unas llantas usadas que había obtenido ayudando al mecánico del taller donde trabaja de vigilante y a veces de dormir. Afuera de la cantina, junto al hidrante, la fue vaciando al buche poniendo espacio de sabores entre trago y trago. Yo tenía el hambre de dos días y sed de guaro de toda la vida aunque fuera para contrabandearle la ilusión de comida al estómago. No podía sostener nada con las manos, a duras penas los dedos entre tanta tembladera de la goma. Me le acerqué y le dije, Choflo, ¿somos amigos? El me puso la mirada con sus ojos amarillos y me gritó ¡mierda! No seas malo, le rogué, no seas rencoroso por lo de esta tarde; cuando me pediste de la chata, te lo juro por ésta, sólo tenía un traguito de mala muerte. Sin hacerme caso me dio la espalda para ver a Musculito que, en camiseta, caminaba por la acera de La Bilbaína......
El Flaco le dijo a Tragolargo que al que le vea una chata de seco se la boto aunque se iracunden, se van a morir de tanto alcohol, amigos, háganme caso, recuerden cómo murió Secocañero, Pata de Plancha, Fulo Bique, arrojando sangre, cómo murió Choflo.
…..Yo tenía escondidas en el asiento de un carro abandonado en el solar de calle Primera unas zanahorias buenas que encontré en el basurero de Supermercado. Las busqué y luego le dije a Choflo, ¿tienes hambre, Choflo?.....
El Predicador dice que el pecado del guaro es escándalo a los ojos del Señor, dijo Tragolargo que había dicho el Flaco que vea la vaina, pues, ahora no se acuerda el muy puto cuando chupaba y desde que se metió a Salvacuatro anda botándole el guaro a la gente de tranquilidad.
.....En el conocimiento de nosotros, los alcoholitos, como dicen los parroquianos de la Cantina Radio y los vecinos de los alrededores, sé que en el fondo Choflo es de bondad y fue por esa causa que me quedé de necio rondándole el trago con la esperanza. Pero a pesar de todo era mi día de suerte porque a eso de tantitas las ocho, como caído de las bodegas de guaro del cielo, apareció Jinete con una botella de alcohol de botica, llenecita. Con esa perspectiva del buen tiempo, mandé a comer mierda a Choflo y debajo del palo de mango del solar trasero de la Cantina Radio, entre la Virgen de Medianoche que andaba Clodomiro y las carreras de caballos que dejamos que toda la noche las ganara Jinete, defondamos la botella a rejo limpio....
Dice el Flaco que Pata de Plancha Dios le hizo castigo porque se robaba las flores de la iglesia para venderlas y comprar guaro, con el permiso suyo, mi santito San Antonio que creo que a usted no le hacen falta y luego se le marchitan y a mí me pueden sacar del apuro y fíjese lo legal que soy que el día menos pensado se las pago si me juegan los chancecitos.
…..Como a las cinco de la mañana me voy despertando con un candelazo de dolor de cabeza, un sabor de pantano en la boca, con ganas de orinar la vida. Jinete roncaba tirado sobre un tronco podrido, como siempre, cabalgando en el hipódromo de sus sueños. Con la esperanza de un trago, pues nunca fallan trasnochadores con sus restos de botellas, salí a la calle…..
Ese cuento que me lo cambien, dijo Jinete, yo, que estoy hasta aquí de las malamañas de las carreras de caballos, el Flaco no me coge de cócora. O la cabeza no le compite en la última recta o el guaro lo ha trastornado, ¡qué Señor, ni qué Predicador, ni qué Palabra de Jehová!
…..La Cantina Radio estaba cerrada y me pareció ver un bulto tirado cerca de la puerta. Me acerqué todavía con los restos del atolondramiento alcohólico y, ¡carajo! era Choflo. Todo el cuerpo se le convulsionaba como perro envenenado y con respiración de radiador de carro viejo. Choflo, le pregunté, ¿estás mal? En su trance de descarrilamiento parecía desconocer mi persona presente y sólo trataba de arrastrarse hacia la puerta de la cantina donde había estado casi como cinco años, todos los días de ese tiempo, desde la jubilación, borracho o emborrachándose. Quise creer que estaba en la legitimidad del guaro pero el sopla que sopla que le salía de la boca no era de toma de alcohol y corrí, con culillo de algo malo, a buscar a Jinete que en ese momento gritaba con cólera de verdad que le habían robado la carrera. A Clodomiro no pudimos despertarlo…..
Kid Dinamita oyó el campanazo y sin cuadrarse le mandó un derechazo al Flaco cuando le sacó la botella del bolsillo tratando de vaciarla en el piso. El estadio del público presente se venía abajo en gritos y Kid Dinamita le dejó ir dos ganchos seguidos de izquierda que mandaron al Flaco a la lona.
......Choflo ya no respiraba ni algo parecido, sus manos, agarrando nada, no pudieron llegar a la puerta cerrada y no sé por qué me dio lástima por mi vida y me dieron ganas de llorar al verme tirado en ese suelo cagado de perros sin nadie, buscando, quién sabe, a qué amigo en la Cantina Radio cerrada con su silencio. ¿Tu crees que el Choflo se nos ha muerto? — me preguntó Jinete tomándome la mano…..
Publicado en: Revista lotería No.365, marzo-abril 1987. Lotería Nacional de Beneficencia, Panamá, 1987.
