¡Por
la única calle
de la historia
viene
un negro corazón
cantando!
¡El alto colmenar
de las estrellas
reserva
a su heroísmo
pergaminos de luz,
claveles de carbón brillante,
cadenas
trituradas
por su nombre tamborero!
La flor amarilla
de los emancipados
unida
siempre a sus combates
nos habla del dolor
y la opresión,
de la estirpe
apagada por el hierro
de manos esclavistas.
Durísima
la roca
del sufrimiento
mordió sangre
año tras año
lágrima a lágrima
pómulo a pómulo
vena a vena,
hasta formar un río
callado,
un enterrado cauce,
una campana
ronca y vengativa.
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Ibeorgun Nº 2, diciembre de 1957.
Publicado en: Itinerario de la Poesía en Panamá, Ediciones del Centenario, 2003.
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