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Tosca iglesia en ruinas, templo oscuro
donde al silencio ceden los rumores;
donde en los nichos del rugoso muro
no hay ni cirios, ni imágenes, ni flores;
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No te ilumina ya lámpara alguna,
y en tu altar desolado sólo arde
en la noche, el reflejo de la luna;
el fulgor del crepúsculo en la tarde!
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En tu nave central, hosca y vacía
ya de coros angélicos, no flota
la blanda voz que del Edén traía
dulce y tenue fragancia en cada nota.
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Tosca iglesia en ruinas, templo oscuro
donde al silencio ceden los rumores;
donde en los nichos del desierto muro
no hay retratos de mártires, ni flores.
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Imagen de mi vida! Abandonado
templo que al cielo muestras tu martirio,
mi corazón es templo desolado
donde ni apenas resplandece un cirio!
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Corazón, corazón . . . .templo sin dioses,
tan sólo lleno de urnas funerarias;
ya no te arrullan celestiales voces;
ya no hay en ti murmullos de plegarias. . . .
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De ti huyeron los fieles. De mí huyeron
las Ilusiones, el Amor, la Calma. . . .
Cuando tu altar despedazado vieron,
¡qué triste y sola te dejaron, alma!
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De mí huyeron —tal vez hacia el olvido, —
los deseos, las dichas, los amores. . . .
Eran aves que ansiaban otro nido. . . .
mariposas que ansiaban nuevas flores!
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Cuando las sombras del pesar obstruyen
la luz en el hogar antes risueño,
los afectos son pájaros que huyen,
el amor, el cariño, sólo un sueño!
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Tosca iglesia en ruinas, templo oscuro
donde al silencio ceden los rumores;
donde en los nichos del desierto muro
no hay ni cirios, ni imágenes, ni flores.
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Qué iguales son nuestros destinos ciertos
pienso con melancólica sonrisa:
tienes bajo tus lozas tantos muertos! . . . .
tengo en mi corazón tanta ceniza!. . .
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Publicado en: La Copa de Amatista.
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