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Sembrar la tierra de verde,
un árbol, su ramazón,
que cubra la dimensión
del polvo que empaña y muerde.
Recoger lo que se pierde
del agua con su frescura,
poblar la sabana dura
de ciguas y corotúes,
de palmeras y arcabúes,
para mayor hermosura. |
Cada metro, en el solar,
sembrarlo de arboladura,
no dejar en su premura
llevar una gota al mar.
Es la tarea popular
del momento y es la vía,
en la presente porfía
para salvar la parcela,
y así con mayor cautela
derrotar a la sequía. |
De otro modo en el incierto
devenir de viento y sol,
la tierra será un crisol
de candela y de desierto.
Y quedará el campo muerto
como en otras geografías;
será reina la sequía,
y entre las cuerdas de alambre,
morirá el hombre de hambre
en la peor agonía. |
Hay que sembrar la verdura
para llenar las distancias,
sentir la verde fragancia,
del hombre y la agricultura.
Tener la vida segura,
hacia la satisfacción
del pueblo en su decisión
de cambiar la realidad,
por una nueva verdad
de nuestra liberación. |
Del libro: Cantadera, 130 décimas para cantar
CHANGMARÍN
El León de los Leones
1995
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