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Y dura
bien nacida,
y sigue,
piedra dura,
durando hasta la vida,
piedra pura.
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Y muy duro le dan
entre las sombras;
pero sigue nombrando
hasta las médulas,
y sigue hablando duro,
en piedra pura.
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Y le tiran cadáveres
y espantos
y sigue tercamente
subiendo a puntapiedras,
a piedra perdurable
y pedregosa.
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Y para hacerla leña
llegan oscuros,
mudos.
Y sin embargo sigue
piedra siempre total
y duradera.
Tenaz piedra encendida,
piedra siempre cabal
y bien nacida.
¡Verdad tan verdadera
-la piedra-la Poesía!
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Del libro: Cumbres aldeanas y otros poemas.
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