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Sin embargo también crucificada
en los maderos de la mansedumbre
soy alba herida o alba enamorada
encendiendo mis fuegos en Tu lumbre.
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Quiebro mis sueños todos, e inmolada
por mujer, por escueta, por costumbre,
te ofrezco esta ternura huracanada
y sus vaivenes y su mansedumbre.
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¡Todo es nada y la nada maravilla!
Osario destinado a nuevos huesos
la espiga muerta, encinta la semilla.
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Del cautivo de amor yo soy cautiva.
Va en mi alma también su rostro impreso
como una obsesionante siempreviva.
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Del libro: 7 sonetos al Escorial.
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