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Camino sobre siglos y peldaños,
alegorías y ventanas ciegas
y descubro en los mármoles huraños
voces latinas y sentencias griegas.
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Voy descendiendo por los aledaños
de esa razón de ser que tú me niegas,
alma mía de ayer y entre los años
que nunca fueron me desasosiegas.
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Hay en el marco de los ventanales
un silencio de siglos presidiendo
la majestad de los alrededores
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y el alma entera vibra en los fanales
donde la noche eterna va esparciendo
una ilusión de piedras y rumores.
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Del libro: 7 sonetos al Escorial.
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