Dices que tengo una voz
de rumba y tango,
y que a la vez puedo ser
diamante y mango.
Dices que voy bailando
hacia la muerte,
yo detendré mi baile
por retenerte.
Que has encontrado a todas
las que en mí habitan,
a la mujer de carne
y a la infinita.
Que sacaste de ti
mi yo impreso,
y ahora lo devuelves,
lágrima y verso.
Yo no quiero dejarte,
siempre contigo,
deseo gustar la nieve
de mi delirio.
En verso te devuelvo
diamante y mango,
yo sigo con mi baile
de rumba y tango.
Y seguiré contigo
lo mismo que antes,
puro mango del trópico,
puro diamante.
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