Esa línea verde
allá en la distancia
que separa el cielo
del mar verde-plata.
Esa estrella eterna
que parece un alga
bañándose quieta
en esta copa ancha.
Tú y yo perdidos
sobre espacio y playa,
las velas lejanas,
las gaviotas blancas,
¿no conmueven tu alma?
No, porque mis ojos
ven y no ven nada,
y la estrella es vieja
y la mar es agria,
y esa línea verde
no es verde ni es larga;
yo no siento nada,
tan sólo me acuerdo
de aquella voz blanda
que en la tarde quieta
me llamó su amada
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