Aquí caímos
cuando el pecho no era más que el asombro
de usarlo como escudo acribillado.
Y las bombas lacrimógenas
asfixiaban a los recién nacidos.
Aquí caímos
cuando los estudiantes heridos
eran pateados por la soldadesca Yankee
Y se regocijaba Wall Street
Y se deleitaba el Ku-Klux-Klan
Y un raro placer azotaba
a Harry S. Truman
porque se acordaba
de Nagasaki y de Hiroshima.
Óyeme esta profecía, Yankees
los grandes Imperios desaparecen.
Hay un enorme hacha proletaria
para cada tentáculo imperialista.
No te queremos Yankee
Eres la pus de la civilización.
Eres estiércol y nada más.
No nos engañas Yankee
El mundo conoce tu genocidio
El mundo sabe que en Panamá
Los niños mueren porque tienen su Bandera.
Sé que la piedra es roja
Sé que la sangre es roja
Sé que la sangre agonizaba por las calles.
Sé que la Aurora es roja.
Aquí caímos
cuando la barbarie
de Hiroshima parecía olvidada
Y estar herido era el
privilegio de ser un Patriota con vida.
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