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Víctor Manuel Iglesias
Mártir despedazado.
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El día que mataron su mirada.
Y su aliento de luz y de alegría.
Los Yankees disparaban en el Istmo
con odio y saña masacrando obreros;
sencillos escolares y sus textos de lágrimas.
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Víctor Manuel Iglesias
con vísceras dispuestas;
ocasional tu muerte masacrada;
patriota sin tu rostro de pueblo jubiloso.
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Ayer me conducías con tu patín de asientos
al hogar, al descanso después de la jornada
y agarrabas tus libros como buen ciudadano.
Oh Mártir de colegios arrollados.
Hoy no tienes nariz ni rostro ni mandíbula;
los Yankees te apuntaron con metrallas antiaéreas
para apagar tu fe tu canto libertario.
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Mil calibres cincuenta mil calibres de odio.
Mil calibres felones mil calibres de pólvora.
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Yo no voy a llorar. Moriste como Patria.
Como hombre como pueblo y como Sindicato.
Se murió tu sonrisa. Se murió tu camisa.
(Maldito O’Meara Yankee)
Sediento General de los vientres humanos.
General Asesino. General Mata Niños.
Oh General O’Meara bebed el recipiente.
Una taza de sangre del pueblo panameño.
Un sancocho de sesos triturados.
Te condecora el Senado y el Pentágono.
General O’Meara General del Infierno.
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Víctor Manuel hermano y compañero
no hagamos caso de tu cara desintegrada.
Estás eterno en el canto del pueblo.
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Publicado en: La Hora, jueves 16 de enero de 1964.
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