|
Pueda mi corazón y nunca pueda
desventanar la infancia de la aurora,
escapar de tu red enredadora
por la espuma del mar o por su rueda.
|
Mi vida en el silencio no se queda
ni mi mano en tu mano de pastora.
Ni el naranjal ni el corazón te llora
cuando mi amor en ti se desenreda.
|
Si bajaras las anclas del olvido
por antiguo temor o por descuido
siga detrás tu corazón abierto.
|
Y si el adiós nos toca aunque no quiera
quede para olvidar la primavera
y el mismo adiós entre nosotros muerto.
|
Del libro: Despedida del hombre
|