Ríe, ríe castañuela
caminito de añoranza,
corola de agua limpia
que se derrama en tu gracia.

Lucerito de mi sol,
taconcito de mi España;
remolino de cristal
que vas pintando su alma.

Espiga de tierra negra,
manojito de albahaca,
lágrima de los gitanos
prendida en luces de brasa.

Guitarra de los luceros,
labios de la serenata.

Lloras? Llora castañuela
que estás llorando a tu España;
por la jaca sin montura
y por la falda robada.

Por el zumo destilado
entre apetitos y garras.

Por el pulpo que a la sombra
de los puñales te sangra,
los velos del limonero
y los pañuelos de malva.

Llora, llora castañuela
que estoy oyendo a tu España;
la de tu Guadalquivir
y tus mantones y capas;
la de tu espina dorsal
y tu salero y tu casta,
gritar en las serranías
por las espadas descalzas;
por los hijos que se ahogan
en arterias de nostalgia,
con el corazón alerta
y el viento norte en el ala.