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POEMA ARIO GRECO-LATINO -IV- Las Cruzadas, por Darío Herrera
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Mientras la dama espera en el castillo,
y queda el levadizo puente alzado,
y el pastor apacienta su ganado,
y el labriego maneja su rastrillo;
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Fulge el sol cenital, a cuyo brillo
el indumento fino y acerado
del caballero, mírase apagado
por el polvo nubloso y amarillo.
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Piensa el jinete en el lejano Oriente...
allá están, Godofredo con su gente,
al Sagrado Sepulcro dando vidas.
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Y ya el Cruzado sueña con hazañas,
que romperán los muros, cual montañas
por rudos cataclismos demolidas!…
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Del libro: Lejanías
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