Me sorprende admitirlo,
sin embargo reconozco
que es la impactante
y cruda realidad,
el otrora ardiente amor por ti,
se ha convertido hoy
en un ligeramente tibio recuerdo,
y la impronta en mi grabada,
por ese apasionado romance del ayer
es comparable con las huellas imperceptibles
que dejan los nómadas trashumantes
a su paso por los polvorientos caminos
azotados por los vientos
o con los rastros invisibles
de las salamandras cantoras,
sobre las desnudas paredes,
y esto en nombre de las antiguas ternuras,
creo que debes saberlo.
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