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(Wilfrido Vargas)
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Ella te dijo que no
sin convencerte
y a mí me apena verte ahí
tirado en el fondo de la incredulidad
lejano y desprovisto de ti mismo
mordiendo la impaciencia
y con ganas de ella sin remedio.
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Ella lleva el mundo en la cadera
y te hace perder el sueño
cada vez que pasa como si hubiera inventado
ritmo y movimiento
abriéndote una herida larga en el deseo.
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Ella te dijo que no
como una canción que se le niega al moribundo
porque tu corazón es de madera y tiene forma de de guitarra.
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Del libro: Las preguntas Indeseables
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