¿Sabes lo que quisiera?
En una noche cálida de estío
a tu lado dormir en la pradera,
sentir bajo nosotros
el pasto humedecido de rocío
y ver sobre los rostros
la celestial esfera.
Un planeta por lecho;
en derredor la calma;
por cámara nupcial el claro cielo
y el Amor —como un Dios— en nuestras almas.