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Para Ana Jilma
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Tú llegaste al hogar como primero
fruto de amor en estación dorada
y tu presencia -lumbre de lucero-
hizo más bella la feliz morada.
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El tiempo discurrió suave, ligero,
sobre tu infancia siempre iluminada
por el amor, que desde enero a enero
es del hogar la lámpara sagrada.
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Y llegas hoy, dichosa y conmovida,
sin saber de dolor ni desengaños,
al dorado balcón de quince años:
¡es la edad más hermosa de la vida!
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Pero guarda el recuerdo de tu infancia,
¡rosa celeste de inmortal fragancia!
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1975
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