Desde lejos vengo soñando quimeras,
cabalgo caminos cansado de penas
buscando la luz que alumbre la senda
tortuosa y sin fin de mi larga espera.
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Desde lejos vengo buscando riberas,
confines perdidos, cuajados de estrellas,
la novia querida, las dichas eternas,
los tiempos felices que nunca llegan.
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Desde lejos vengo cargando tristezas,
buscando la paz en las horas serenas;
los viejos senderos en mares y tierra,
al encuentro siempre de mi niña buena.
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Desde lejos vengo cantando poemas,
a sus labios rojos, su boca de fresa,
a sus ojos grandes, sus negras ojeras,
a su tez broncínea, trigueño canela.
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Desde lejos vengo rogando que vuelva,
roto el corazón con mi angustia de piedra
y olvidando agravios que heridas nos dejan;
borraré recuerdos, su amor solo cuenta.
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del libro: De luto visten las albas
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