Si el amor que me das Samaritana
no tuviera la fuerza de cadena
y si la fuerza de cadena no tuviera poder
de aposentarse en el verde de tus ojos
donde sacio mi angustia y mi esperanza;
y si mi angustia y mi esperanza
no fueran entre sueños hasta un lugar remoto
en donde se construye un nuevo día,
y si su limpia geografía de olivos y espartos
no diera sustentáculo a mi hombría,
entonces:
sin tus ojos sin tu verde
sin tu agua sin tu amor sin mi esperanza
hecho sólo pellejo de agonías
me iría por las noches hasta los elementos
como una gota más. ¡Te lo confieso!
1973.
Publicado en: Itinerario de la Poesía en Panamá, Ediciones del Centenario, 2003.