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Destino y eternidad de la poesía, por
José Guillermo Ros Zanet


Francisco Palacios Coronel- Flor, Pastel - 2014

Destino y eternidad de la Poesía es el tema que trataré de aprehender y expresar, sin apartarme, en lo posible, del ámbito dentro del cual se realiza este encuentro histórico y literario: "El Ayer, el Hoy y el Mañana de la Lengua y la Literatura en Panamá, en el marco del V Centenario; o, más específicamente, "Pasado, Presente y Futuro de la Lengua Española en Panamá".

Creo que los quinientos años transcurridos son el ayer, el hoy y el mañana...  Pasado, presente y futuro.

El profundo, extenso y complejo acontecimiento histórico que significó (y significa) el encuentro de dos mundos fue un fenómeno no sólo oscuramente material; fue y sigue siendo un denso fenómeno espiritual... Y en cuestiones fundamentales del espíritu, todo lo que ha sido, es...  y será eternamente.

Creo que el mutuo descubrimiento de dos mundos no ha terminado todavía...  Y seguiremos encontrándonos...; y desencontrándonos, a veces.

La simiente y los frutos de un idioma nuevo cayeron en un suelo pródigo: en la tierra del mito y de la lumbre, del pedernal y de la arcilla. “del faisán y del venado”, del colibrí y de la tórtola, del maíz y la jagua, del jaguar y la danta, del destino y de la muerte, de las vasijas funerarias y de las piedras del duro sacrificio humano... Y germinó la simiente, y creció y se extendió, y se hizo bosque interminable: el idioma español en América.

Innúmeras lenguas aborígenes vencieron el tiempo, recogidas en los escritos perdurables de los religiosos, que trajeron la Palabra y las palabras... Los españoles trajeron las cartas de marear y trajeron el dolor y el valor, la claridad y la sombra; y trajeron la Biblia, y fueron llamados los Hombres del Libro.

Fue un prodigioso acto fundacional, surgido del entrechocar del cántaro americano con el caldero español, y del metal de la espada con el pedernal de la maza aborigen.

Desde los mitos funerarios indígenas y desde la antiquísima idea de una ciudad eterna (Roma), en profundo y eterno mestizaje, se hizo Verdad y Profecía el mundo americano. Unicidad y totalidad del ser. Alejamiento de la Torre de Babel (lingüística del mundo Americano. ¿Anunciación del Pentecostés de la palabra? (Teología del Lenguaje).

En Hispanoamérica los grandes novelistas y poetas, los narradores y ensayistas de nuestro siglo y de los siglos, han escrito (han creado) sus obras portentosas, originales e irradiantes, en poderoso idioma español... Y, al escribir sus libros, no renunciaron bárbaramente al uso de ese idioma español... No lo negaron. Lo usaron desde su mundo prodigioso, desde su sabiduría poética y literaria.

Estos creadores de Verdad y Belleza comprendieron, desde lo más central de la lengua española, que lo esencial es (y era) acendrar nuestra genuina y profunda expresión americana... La profunda expresión del ser americano. Una expresión convertida, por el mito y los siglos, en poderoso idioma español. En una Literatura que hoy España, Europa y el mundo, acogen y aplauden, como una realidad no sólo americana sino de la Humanidad. Recordemos en este momento unas palabras de Leopoldo Lugones, al retornar, doctrinariamente, desde una dura postura antihispánica:

“Tampoco es aceptable el nacionalismo (cerrado y duro de cabeza, agregamos nosotros). Emplear un idioma bastardo sólo porque sea de acá, equivale a incomunicarse en la fealdad y en la pequeñez, cuando la civilización (occidental) constituye en realidad un sistema de comunicaciones... Cuanto más salvajes sean las tribus de una región, más lenguas distintas hablan".

La Torre de Babel del mundo aborigen.

Hoy algunas personas alzan sus voces -y se precian de ser legión- con el propósito de condenar sin reservas la conmemoración del V Centenario, el mutuo encuentro de dos mundos.

Y llegan, en su despropósito, a negar históricamente la impronta positiva de lo español en el mundo hispano-americano.

Pero hasta la misma condenación la escriben en pobre o en iluminado idioma español.

Es imposible negar que nuestro vivir histórico ha estado ligado, duramente y luminosamente, a España, a Europa, a la cultura occidental; desde la fuente Judeo-Cristiana, Griega y Latina.

Esta es una Verdad eterna, que no niega, sin embargo, los originales caracteres de nuestro vivir y de nuestro hacer cultural americano, hispanoamericano. La originalidad del Ser americano...

Creo que en el ámbito literario, y más, hemos dejado de ser, hoy, "El Continente Calco" del que nos hablara Gabriela Mistral en su tiempo.

La Filosofía y la Gran Literatura Latinoamericanas -El despertar del Ser- surgen allí donde surge la Libertad y donde la conciencia se hace de sí misma.

El imperativo es liberamos, para empezar a ser... Liberamos de nuestro ancestral adormecimiento del Ser. Liberamos, muchas veces, de nosotros mismos; para ser nosotros mismos; afirmemos y confirmemos nuestro violento y luminoso mestizaje vital, cultural y espiritual.

Busquemos el Ser, la Vida, el pensamiento, las palabras, la Vida moral.

Las palabras serán nuestra condenación, o nuestra salvación.

Recordemos que la palabra falsa (que es la mala palabra) de una cosa, en-cubre la cosa.

Y la palabra verdadera (que es la buena palabra) de una cosa, des-cubre la cosa, su esencialidad. La Cosidad, la Historicidad, la Poeticidad. Mundo de las esencias.

Descubramos, entonces, la palabra verdadera del Ser, del pensar, de la propia palabra, de la vida total.

Y la poesía, la Gran Poesía, es Palabra Verdadera.

El Ayer, el Hoy y el mañana de la lengua y de la literatura (escrita en español) en Panamá, debemos buscarlos y aprehenderlos no en la negación chauvinista, sino en la justa afirmación de lo verdadero, y en la serena negación de lo falso.

No podemos renunciar al uso del Idioma Español.

Recordemos que nuestra Poesía y nuestra Novelística, nuestra Literatura toda y nuestra Filosofía, se están incorporando, hoy, vigorosamente, al patrimonio espiritual de la Humanidad.

Acaso se están haciendo Verdad, y Profecía, aquello que buscaba afanosamente, y lo deseaba, Don Miguel de Unamuno:

La Creación de un sobre-Idioma español, común a América y a España, y que hoy nosotros mismos, y el mundo, presentimos, y sentimos luminosamente conmovidos.

Destino y Eternidad de la Poesía. Y Unidad del Idioma.

Creo que el Destino de la Poesía es la propia Poesía. Y el porvenir del Lenguaje descansa (y se afana) en el profundo Sistema del Lenguaje. Hoy no es infrecuente encontrar estudios y análisis críticos que postulan la primacía, en nuestro continente, de la novelística sobre la poesía.

Sin negar el altísimo valor de la novelística hispanoamericana y latinoamericana, creo en la singularidad de la Poesía. La Poesía es fuente primigenia en donde se nutre el universo entero de nuestra literatura.

Durante todo el siglo XX, y sobre todo durante las tres últimas décadas, los hallazgos y descubrimientos estilísticos, lingüísticos, semánticos, sintácticos, fonológicos, etc., de la Poesía han enriquecido y vigorizado los textos novelísticos y cuentísticos... Hasta el ensayo ha utilizado, también, estos recursos, con honda sabiduría -¡Tanto duran Mallarmé, Baudelaire, Rimbaud!-.

Los compartimientos estancos que separan los diversos géneros literarios tienden a desaparecer, a borrarse; sin menoscabo de la excelencia y la originalidad de esos mismos géneros literarios.

Toda la literatura americana excelente se llena de poesía... Y la Poesía se llena de Eternidad y Destino.

Todo texto literario verdadero (singularmente y esencialmente, el texto poético) es una duración; una como sucesión inacabable de textos de Verdad y Belleza.

La transtextualidad y la intertextualidad, y más...

Es la duración y el misterio de la duración. Temporalidad que, en la alquimia infinita de la Palabra, se hace intemporalidad y misterio.

La Poesía deviene, entonces, Tiempo y Eternidad.

Y en este instante recuerdo unas palabras de Platón:

"El tiempo (circular) es una imagen móvil de la eternidad inmóvil".

El Hombre en su evolución, en su ascensión espiritual, deja de ser sólo naturaleza, y se hace, también, sobrenaturaleza. Y eso le ocurre al Poeta, en el Acto Creador.

Pero desafortunadamente son muchos los hombres que se quedan a vivir sólo en el ámbito de la emoción ciega, y del instinto. Ellos serán sólo naturaleza, naturaleza primaria. Son esencialmente seres recolectores, consumidores de riqueza total, y fabricantes de cosas. Son fabricantes, no son creadores. Son ejemplo viviente de que la evolución humana no ha terminado todavía... De la necesidad de que la Evolución debe continuar, porque el Hombre no es sólo un ser puramente biológico. También es espíritu.

Por eso, a lo largo de la Historia, y desde los tiempos más remotos. han existido seres humanos superiores que se rebelaron contra la dominación de lo puramente fisiológico, y contra las cadenas endocrinas; seres que alcanzan el universo del espíritu. Seres que sobre su propia naturaleza primordial se hacen iluminada sobrenaturaleza... y que, desde su humildad y grandeza, han movido y mueven al mundo. Son seres creadores de riqueza total: cultural, económica, política. científica, filosófica y Ética, y más.

Seres creadores de Bien y Verdad y Belleza. Guías espirituales de la Humanidad.

Esta inmensa verdad nos confirma que la evolución humana tiene porvenir y destino: el Porvenir del Espíritu. El porvenir de la Eticidad.

El Ser y el Hacer del Hombre superior dejan de estar gobernados, de modo absoluto, por el determinismo de los puros fenómenos químicos y fisológicos.

Son los creadores de Bien y Verdad y Belleza, y se hacen co-creadores, con el Creador, en el ascenso espiritual de la Humanidad.

Es esta colaboración, junto con el Creador, lo que le asegura, al Hombre, su propia inmortalidad, y la eternidad de sus obras. Se dice que la muerte es lo inaudito de la naturaleza. La naturaleza se contradice con la muerte de la mónada pensante que es el Hombre. Pero es esa misma muerte la que pone en evidencia al Espíritu.

Y la Poesía excelente es obra del Espíritu, y es Espíritu; y es el alma del mundo, como el Tiempo.

Un sabio pensador del espíritu nos dejó dicho que si el Hombre no acoge y no hace buen uso de esa gracia, otorgada por el Creador, la gracia de ser colaborador en la evolución (en la ascensión) espiritual, del mundo, "será entonces sólo un ser a medias que únicamente se limita a prolongar la especie, como lo han hecho y hacen sus hermanos inferiores; no se diferencia de ellos sino por sus caracteres morfológicos; y no cumple más que la mitad de su tarea"...

Hoy en nuestras sociedades deshumanizadas y deshumanizantes se confunden lamentablemente los Valores y los Bienes.

Recordemos que los Bienes son de naturaleza material, son cosa producida o tomada, o son obra construida. Son, por lo tanto, perecederos. Sobre ellos y con ellos se conforma y se construye lo inferior de las civilizaciones. Por eso, tal vez, se dice que "la civilización es una enfermedad necesariamente mortal".

Los Valores en cambio, son de naturaleza espiritual y en ellos se sustenta lo superior de las culturas... Por eso, en su esencia, las Culturas no perecen, son lo que permanece cuando las civilizaciones mueren.

En nuestra contemporaneidad ocurre lo que Ortega y Gasset llamó "el destronamiento del espíritu". Los contravalores, llenan hoy el lugar de los valores.

Se vuelve a adorar al Becerro de Oro.

Por causa de este fenómeno, hoy insurgen movimientos ideológicos que pretenden convertir en simple mercancía, en objeto de consumo, todo hacer y quehacer del Hombre: la literatura, la educación, las ciencias y las artes. Todo se vuelve cosa, se cosifica al Hombre y a la Vida.

Es el oscuro fetichismo de la mercancía...

Vemos entonces cómo surgen en nuestro tiempo, regimientos y masas de productores y consumidores de esas "obras literarias".

Afortunadamente esa falsa literatura, producida y consumida, se hace muy pronto mercancía perecedera, y efímera moda.

Los oscuros heraldos de esta llamada "Producción Literaria" son los que buscan la Poesía sólo en la carne. Ignoran tal vez que la Verdadera Poesía está en el ánimo y en el ánima, en la Vida total, en la interioridad del corazón y del espíritu.

A esta altura de los siglos y de la Historia, nuestra nación debe acendrar su búsqueda (para el encuentro) del Ser Nacional Profundo; acción y conocimiento que nos hará ingresar, sin tropiezos y de modo natural, a la Historia Americana y Universal.

Es casi una certeza que la Literatura Nacional ha sido fundamentalmente y primariamente literatura de emociones o de emotividades. Y esta casi certeza podemos hacerla extensiva a la mayor parte de las manifestaciones del vivir nacional: políticas, intelectuales, educativas, sociales, culturales, etc.

Hemos vivido en un como apagamiento del Ser, en una como mudez entitativa.

Claro que se han dado y se dan muy claras y altísimas excepciones.

Entonces, en el presente histórico de la lengua y de la literatura nacional, es vitalmente necesario ("una cuestión de Vida o Muerte espiritual") alejarse de la extendida y profunda superficialidad, para acceder, vigorosamente, a la verdadera profundidad, a la interioridad del lenguaje y de la Vida Total; a una Literatura de Ideas y no sólo de emociones. La Literatura Integral es emoción e idea, a un tiempo. Pensamiento. El pensamiento que a sí mismo se piensa.

Hoy se levantan signos de un luminoso despertar del espíritu y de un acendramiento del Ser; aun en medio de la dolorosa crisis moral que padecemos.

Creo sinceramente que la "Producción Literaria" no tiene porvenir. Sólo la verdadera Creación Literaria tiene porvenir; tiene eternidad y destino.

Siempre he sostenido que toda buena Poesía no es simple copia de la realidad, sino que es y expresa y comunica una nueva realidad.

En el conocer poético, fundamentalmente, no hay presencias ante los sentidos, sino presencias ante el Espíritu.

Y reiteramos que en materia espiritual, lo que ha sido, es... Y será eternamente.

Valéry decía que el primer verso del poema lo dictan los Dioses... Y creo que los siguientes versos los dicta el espíritu, y son aprehendidos por la intuición (que es la Vía regia del conocimiento)... Luego la razón, nos ayudará a perfeccionar el acto creador poético.

Steiner, por su parte, nos dejó dicho: "La Gramática de Dios resuena en toda la naturaleza, basta con que tengamos oídos para ella".


José Guillermo Ros-Zanet

Publicado en: Revista Cultural Lotería, Nº 406, Marzo-Abril de 1996.



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