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Dedicada al recuerdo de mi hijo Diógenes q.e.p.d.
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Cual bella flor
en el jardín de mi vida naciste
y cada pétalo de tus cuatro años acaricié,
pero vino el huracán de la muerte
y de repente. . .
de mis fuertes brazos de madre arrancó,
el perfume de tu inocencia y
el néctar de tu canción.
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A pesar que el huracán a la flor destruye
su aroma en el ambiente quedará,
como tu sonrisa de niño,
en mi corazón de madre
por siempre vivirá.
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Y podrán nacer otras flores,
como otros hijos en mi hogar,
pero en la trayectoria triste de mi vida,
tu dulce recuerdo a mi memoria vendrá
como aquella flor perdida
que su aroma en ambiente dejará.
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Del libro: Vivencias que dejan huellas.
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