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Como respuesta a otro de agresivas rimas.
(Hace unos veinte años, el poeta Rogelio Sinán no pudo soporta una broma de su viejo compañero de luchas literarias, hecha con motivo de unas moscas que invadieron a Panamá, y respondió con un soneto cuyas difíciles rimas –las mismas que se emplean aquí- le obligaron a ser más duro de lo que se proponía).
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I
Dejo la chanza y sigo mi provecho.
Quevedo.
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Tomo la rica rima con que inicia
tu numen ofensor golpe derecho
que alcanza y hiere mi desnudo pecho
y lo deja a merced de tu sevicia.
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Item más, ya descubro tu malicia
al hacerme salir por tan estrecho
canal donde, si bogo con provecho,
debo remar -rimar- con gran pericia.
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Mas valga lo ocasión propiciadora
si el díptero tenaz, que martiriza
tu frente de laureles coronada,
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Cesa su vuelo. iY queda la jornada
en llama de rencor vuelta ceniza
y en Caja de amistad la de Pandora!
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II
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Si cual Góngora y Lope sinanizas
con retóricos áspides mordientes,
si me clavas tus férreos fieros dientes
y en barroco soneto me eternizas,
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Gracias te doy, Sinán, porque suavizas
mis duras soledades inclementes,
haciéndome murmullo de las gentes
por el asta verbal donde me izas.
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y en pago de tan pródiga clemencia,
convoco a son de trompa las ligeras
legiones del moscón y el moscareto.
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¡Y dejo con galana reverencia,
al pie de tus gongóricas banderas,
los catorce moscones de un soneto!
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1951. Panamá.
Del libro: Campo de Juegos
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