I
Las alas del potro
que se eleva
en el sueño de los dioses
son los abanicos
de conjuras
y sacrilegios

El destello de la flor
en el barandal de la noche

Alcaravanes y murallas
es la estancia
de la luz
ensordecida
en la fronda del abismo
y del olvido.

II
La infinita hondura
es el oasis
de los acantilados

-Los fantasmas del alma‑

Gritos subyacentes
del trigo
y los matorrales
-Sirenas de espanto-
en la visión de la fiera

Al final de los horarios
las estrellas
cabalgan en senderos
de la niebla.

III
Amanecen las manos
en los sótanos
de las ataduras

Lagunas volando
en la hora
de las profundidades

Caravanas lapidantes
es la bandada
de escorpiones
y mortajas
en las podredumbres
y con las sábanas del viento
se nos va la vida.

Del libro: Los Fantasmas del Alma y un relato insólito. Editorial Universitaria, Panamá, 1996.