Quiero que no tengas nombre,
por Roberto Luzcando
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Quiero que no tengas nombre
ni pisadas, ni luceros,
para no oírte llegar,
para alumbrarte con mis labios.
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Quiero que ocultes
mis ojos en tus miradas,
que tiembles como una flor
cuando te peinan mis dedos.
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Que sepas escribir en el silencio
sin despertarlo.
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Que recojas mi sombra,
sin borrarla.
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Que me dejes caberte entero,
en sombra y cuerpo.
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En el pequeño aroma de tus manos
cabrían todas mis cosas.
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Publicado en: Revista Lotería, N° 342-343, de septiembre-octubre de 1984.
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