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I |
Mirad que tontería. . . . Después de muchas
ambiciones y locas esperanzas,
¿Sabéis lo que codicio? Una simpleza:
la humedad de una lágrima!
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II
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Me fui a viajar, y la distancia larga
no logró interrumpir nuestros asuntos,
pues, ¡cosa rara!, desde allá tan lejos
estábamos los dos juntos, muy juntos!
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Regresando del viaje, a pocos pasos
de su casa establezco mi vivienda,
y ¿lo creéis?, cuando vecinos somos,
estoy muy lejos de mi dulce prenda!
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III
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Mano piadosa, ¿para qué te afanas
limpiando el polvo de las tumbas frías?
¿Para qué las coronas con guirnaldas
de frescas siemprevivas?
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¡No creas que el sol cuando esplendente brille
sobre esas flores que amorosa cuidas,
pueda traer a los sepulcros tristes
la luz de la alegría!
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¡Así murmuro con angustia sorda
cuando, queriendo embellecer mi vida,
me habla del porvenir y de la gloria
la pobre madre mía!
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Del libro: Ensayos Poéticos.
Publicado en: Itinerario de la Poesía en Panamá, de Rodrigo Miró.
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