![](image/pixeltrans.gif) |
|
|
|
Cómo se sacia en mí la negra suerte,
cómo la horrible tempestad me amaga,
cómo en mi pecho hasta la fe naufraga,
sin poder olvidarte o detenerte. . . !
|
Cuando pienso que al fin habrá de verte
tender el vuelo, mi pupila vaga,
siento así como el filo de una daga
que llama al pobre corazón a muerte.
|
Sé que vas a partir; que en otro cielo
ufana acaso ensayarás el vuelo
para lucir el brillo de tus galas;
|
Y sé también que solo, dolorido,
me he de quedar, como el cóndor herido
que ha perdido la fuerza de sus alas.
|
Del libro: Retazos Líricos.
|
|
|
|
|
|
![](image/pixeltrans.gif) |