Mi alma podría ser flor, como lo son tantas otras;
o rama cubierta de fruto para saber de la caricia
y del agradecimiento; o fruto de pulpa de miel
y corteza coloreada; o espina de garras punzadoras;
pero prefiere ser la raíz que extrae de la tierra negra
y amarga la belleza de la flor, la potencia de la rama,
y la dulzura del fruto maduro.
|