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Quiero guardar de esta noche inolvidable,
el perenne recuerdo de una gran velada,
que hizo refugiarme en tus ardientes caricias,
dando riendas a esta pasión desenfrenada.
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No se si fue un hechizo,
o el embrujo de tu enigmática mirada,
la que hizo que el travieso Cupido,
su certera flecha en mi corazón clavara.
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El despertar de ese amor que dormitaba
en las profundidades de mis sentimientos,
inundó de alegría mi vida con tus cálidos besos,
que aún en mi pecho siento.
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No se que tiempo durará el encanto,
o si será algo intenso o fugaz,
pero quiero disfrutar cada momento
y convertirme en una amante tierna y tenaz.
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Del libro: Vivencias que dejan huellas.
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