Entre los cuatros caminos
me dijo que se casaba;
mi voz se decapitó
en una alegría de plata.
El limpio azul de los cielos
se me hizo un río de nácar;
yo navegaba en él
en un ensueño de alba.
Moneditas de oro líquido
me fueron sus palabras…
por mis venas adentro
sonaban cinco campanas…
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