Esta noche estoy triste…
por todo lo que quise
y no he conseguido;
por lo que nunca hice,
por lo que nunca haré…
y todo lo ganado
y todo lo perdido:
todo lo que soñé.

Yo quise hacer mucho
y al final no he hecho nada;
pero no fue por falta
de lucha y de afán…
mi sangre, mi cerebro,
mi corazón, mis nervios,
todos son los testigos
de esa amarga verdad.

Al fin de la jornada
me queda un saldo triste;
de angustias infinitas
y de incumplidas ansias
_cadena de horas grises,
_frente a la Eternidad_
y un mundo de recuerdos
de amor y días felices,
de dichas y esperanzas
_raudal de vanos sueños
que nunca volverán.

Me asomo al infinito:
noche azul y en calma…
ríen dulces las estrellas
en la inmensa distancia.
esta noche estoy triste,
enfermo de añoranzas.

Me asomo al infinito:
noche azul en el alma…
ríen dulces estrellas
en recuerdo de infancia.

(Estrellas, coquetas rubias,
que adoraba de niño
y aún hoy hacen guiños
al alma de niño
que siempre hubo en mí).

¡Oh mi rubia princesa!
¡Oh la dulce quimera
de los sueños divinos!
esta noche yo ansío
estar cerca de ti…

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Dulce paz mi alma invade
y en la azul lejanía,
velas blancas navegan.
_velas blancas de ensueños
de esperanza en la senda_
mas todo esto ¿qué vale?
¿Para qué la alegría?
¿Para qué tanta brega,
si el camino es tan largo
y, al fin, no se llega…
si, al final, comprendemos
que no hay rumbo ni guía,
ni principio, ni fin,
ni sentido en la Vida?

Esta noche estoy triste…
por lo que nunca quise,
por lo que nunca fui,
lo que pudo haber sido
y lo que he presentido
en un tiempo distante,
en un mundo distinto…
esta noche pudiera,
sin protestas, morir.