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(Mejorana) |
Las fuerzas de mi destino
me llevan a tierra extraña
bajo mi cielo encendido
dejo un pedazo del alma. |
¡Oh qué extraños sentimientos
tiene el corazón humano!
trato de expresar en vano
el dolor que yo ahora siento.
Más parece vano intento
trazar al dolor camino
como ponerse al divino
decreto que todo ordena.
Al destierro me condenan
las fuerzas de mi destino. |
Nací en la pradera hermosa
junto al pueblo de Las Tablas…
más ya hoy no se encuentra nada
donde estaba antes la choza.
Sólo una mata de rosa
encontré allí esta mañana
y con dolor en el alma
le dije a la despedida:
“Las desgracias de mi vida,
me llevan a tierra extraña”. |
Canajagua se ha ocultado
tras la gasa de una nube
y hacia el cielo el humo sube
de las casas del poblado.
Tranquilo pasta el ganado,
la torcaz canta en su nido
y mis ojos se han bebido
la luz de este sol que avanza,
como rueda de esperanza
bajo mi cielo encendido. |
¡Adiós mi pueblo querido!
digo, conteniendo un grito
que sale del infinito
dolor de mi pecho herido.
Vuelvo a mirar hacia el nido
de mi juventud temprana:
veo la torre ya lejana,
escucho su voz doliente
y sé que entre aquella gente
dejo un pedazo del alma. |
Del libro: Momentos Líricos
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