|
|
|
|
Yo soy un hijo amante de Castilla del Oro,
soy un nieto de España, de la España del Cid.
En mis venas hay sangre de cristiano y de moro
y de la brava estirpe de la raza guaimí. |
Un dolor infinito y una sorda protesta,
como en sueños, me llegan de mi ancestro lejano,
con ansias de aventura, de amor y de fiesta,
generosos impulsos y valor sobrehumano. |
Sin arraigo en el indio y de Europa extrañado,
¿Soy la huérfana síntesis de dos razas disímiles,
o el español nostálgico, o el indio extraviado?
tengo hermanos de raza, desde México a Chile. |
Llevamos la tristeza de la raza aborigen
y nostalgias de España; pero es grande y es grata
nuestra tierra nativa, esta América virgen,
de libertad baluarte, que es nuestra Patria… |
Siento orgullo de pueblo, de sangre y patria nuevos;
amos de un paraíso, su destino y su vida,
que crecen, día por día, en riqueza y honores!
tengo hermanos de raza, de México a Argentina. |
Siento orgullo de pueblo, de sangre y patria nuevos;
mas no olvido mi origen, mi pasado, mi historia
sé que soy el producto del dolor y del fuego;
de amor y de lágrimas, de heroísmo y de gloria. |
No le temo a la muerte ni le temo a la vida,
pues yo tengo mi escudo contra todo dolor.
Yo tengo mis blasones, mi lema, mi egida:
mi estoicismo de indio y mi orgullo español. |
Del libro: Momentos Líricos
|
|
|
|
|
|
|