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Que Mister Carter se oponga,
Que Mister Fleming no quiera,
Que Mister O’Meara amenace
con toda la Armada entera:
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Yo quiero ver mi bandera
en la cima del Ancón.
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Digna, soberana y sola
donde al gringo más le duela,
yo quiero ver mi bandera
en la cima del Ancón.
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No la quiero confinada,
con aire de pordiosera;
sobre la sima la quiero
flotando en la cordillera:
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Por las madres que lloraron
sus hijos sobre la tierra;
por la sangre derramada
en la sangrienta refriega;
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Yo quiero ver mi bandera
en la cima del Ancón.
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Por los que mudos cayeron
sobre la Patria en tinieblas;
por los que apenas conozco
y repartieron las piedras
frente a los gases y el plomo:
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Yo quiero ver mi bandera
en la cima del Ancón.
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Podrá venir Mister Mann
solicitando una tregua
y Lyndon Johnson ofreciendo
dólares a manos llenas,
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pero. . .
yo quiero ver mi bandera
digna, soberana y sola
donde al gringo más le duela,
en la cima del Ancón.
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Sobre la cima la quiero
flotando en la cordillera
para que América sepa
que aquí hay un pueblo celoso
que ha renunciado al reposo
mientras no vea su bandera
digna, soberana y sola
donde al gringo más le duela
en la cima del Ancón.
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Poema escrito durante la refriega sangrienta de enero de 1964 cuando el ejército norteamericano masacró al indefenso pueblo panameño.
Publicado en: El Día, martes 21 de enero de 1964.
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