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Allá en la verde llanura
del Vigía, a la salina.
Canto y sudor se convierten
en sal y azúcar fina.
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El mar es hondo tesoro.
De Aguadulce, rubia mina.
Bajo la ardiente solana
cuadros de sal cristalina.
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La caña en rico torrente.
Del trapiche a la honda tina,
arenas de dulce blanco
que allá el ingenio refina.
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Sal y azúcar se hermanan,
¿por qué? Nadie lo adivina.
Los peones sudan que sudan
mientras la tarea declina.
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El buey manso, la carreta,
la ingenua onda marina,
van cantándole a Aguadulce
en sal y azúcar fina.
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Marzo de 1960.
Letra y música de Martina Andrión. Tamborera dedicada a Aguadulce.
Publicado en: La Estrella de Panamá, viernes 1º de enero de 1965.
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