Para obsequiarte, en mis amargas cuitas,
en mi pecho busqué flores divinas,
y en medio de hojas secas y de espinas,
allí sólo encontré….flores marchitas….!
Sus pétalos secaron del Invierno
el rápido aquilón y el cierzo frío….
Ay! si supieras que es el pecho mío
un páramo desierto….un polo eterno!
Y aunque sé que tu aprecio no merezco,
con ellas hago un ramo que te ofrezco
en prueba de amistad con mis pesares….
Mientras guardo en mi pecho entristecido
la esperanza de verlo convertido
en hermosa guirnalda de azahares……!