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(Para Juan Rivera R.) |
Tierra de los jazmines y las rosas,
isla de los perfumes y las flores
en cuyas playas siempre rumorosas
se duerme el verde mar soñando amores.
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En tu quietud beatífica hay un sello
perenne de recóndita tristeza
de donde brota el último destello
de una lejana, mística grandeza.
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En tu diván tendida muellemente
miras llegar el piélago rugiente
hasta tus plantas, y sus iras domas….
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En tanto en tus espléndidos jardines,
las rosas, los geranios y jazmines
todos te ofrecen su explosión de aromas!
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Del libro: Vibraciones
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