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Oh Patria idolatrada! Patria mía!
Cuán sola estás en tu mortal quebranto!
Huyó de tu semblante la alegría
donde miro las huellas de tu llanto.
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A través de esas lágrimas de duelo
que hoy enjuga un girón de tu bandera,
ves arrancar un trozo de tu suelo
por una mano infame y extranjera!
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Y ayer no más, oh Patria, desgarraste
tu seno con patriótica hidalguía
y ese trozo de entraña lo confiaste
a ese traidor que te escarnece hoy día!
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Ha de clavarse en el girón amado
que no nos conquistaron los fusiles,
por fuerzas extranjeras respaldado
extraño pabellón, por manos viles!
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Pero mañana su tranquilo cielo,
sus verdes bosques y montañas bellas,
suspirarán con sin igual anhelo
por su pendón de cuadros y de estrellas!
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Del libro: Vibraciones
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