Todo está en orden
la noche acaricia el frío de la espada
el caballo lejano saborea el pasto amargo
y la obscura pontemesa
se enreda torpemente entre algunas mantas.
Cómo vivir. Todo se consume
y acaba.
Entonces el hombre
sediento y devorado por el cansancio
siente tensa su viril entrega;
recuerda el villorrio,
era Panamá en la Costa del Pacifico
un sueño cada día más cercano.
Sobre la costa
mariposas alegres
armaduras
literaturas bíblicas y clásicas
títulos reales, ascensos y cargos
pequeñas olas
techos de paja
ganado
haberes
obispos prelados
título de ciudad
campo de oro
yugo
haz de flechas
dos carabelas navegando
y una estrella
ya fue Espinosa
ante un escribano
agosto le da seguridad
al nombre que nace
de
y entre los peces.
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