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DEDICADO A MI MADRE: JULIANA ARGUDO DE REGALES |
Madre:
Despierto mi memoria y recuerdo
los sabores del merengue mañanero,
tus cariños de ámbar concentrado
y los mangos maduritos de tus besos.
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Niña dulce, gentil y bonita,
en los brazos del amor despertabas;
pero un amanecer lleno de luto
al hombre despidió de tu costado. |
Madre:
Varada en un puerto sin maderas,
perdiendo la elegancia de las velas,
sentí oír a lo lejos
los llantos que agitaban tu reposo. |
Desde entonces, española sirenilla,
el espanto solitario se apodera
del paño de dulzura en tu alma,
y cuchillos afilados la atraviesan. |
Madre,
Los enjambres del encanto se han roto,
las abejas cuelgan su miel en el tejado,
y en las ramas del carpintero,
ranas capitanas desafían.
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Tus ojos la dulzura congelaron,
como célicas espadas morunas,
y las palomitas que batían alas
al amanecer rotas las encontraron.
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Madre:
La nave tiene la proa rota
los peces juegan a romperse escamas,
y encalladas en islotes de venganza,
sentí llegar a mí tu duelo.
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Tu aliento giraba en el golfo
como onduladas de rizos en mi cabello,
más de pronto desciendes ventolera
y los faros al cocuyo le arrebatas.
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Del libro: Los pájaros endulzados
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