Encuentro con la amada,
por Pedro Rivera |
Todo mi amor no cabe en una copa
ni dentro de la piel de una pantera
no cabe en la montaña del silencio
ni en las ventanas de una flor abierta.
Todo mi amor no cabe en el espacio
ni en todos los pupitres de una escuela;
ni en la ubres heridas de la noche
ni en el olvido ni en la vida entera.
Todo mi amor no cabe en una mano
ni cabe en la rendija de una puerta.
Si las piedras del mundo se reuniesen
le faltarían las piedras a las piedras;
si se reunieran todas las palabras
para llenar mi casa solariega,
amada, faltarían todas las lunas
y también las palabras y las letras
porque todo el amor que te entregara
todo el amor del mundo no lo llena. |
Tus senos se enredaron en mis uñas
como dos mariposas de madera,
atadura del alba y miel andina
cayendo de los labios de la abeja;
fuego adorado, lumbre de sollozo
sangrando de la sangre de la leña
e inunda los atardeceres lentos
y destruye la paz de las caderas. |
En esta noche de horas olvidadas
nadie que me conozca ya recuerda
lo que era mi silencio de estudiante
y mi alma toda cicatrices viejas. |
Recuerdo mi esperanza en el camino
andando a pie y sin dejar sus huellas
de la manera como el mar olvida
espuma de olvidar sobre la arena. |
Sólo tus ojos tristemente azules
se pueden comparar con mi tristeza.
Eres la nueva casa del aroma,
la vida que me alcanza en el planeta,
lo ilimitado y simple de las hojas,
lo amable como el pan sobre la mesa. |
Junto a ti puedo amar el agua, el pueblo
y las vidas que quedaron muertas;
el insondable sueño de los pobres
y el camino que se abre entre la hierba. |
Esta mañana amor, amor te lleno
de la palabra amor en su violencia
y aunque todo el amor se te entregara
todo el amor del mundo no lo llena. |
Del Libro:Despedida del hombre
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